En el futuro las comunicaciones ópticas podrán ser más seguras gracias a un método de 'ocultación' temporal. La técnica emplea un fenómeno de interferencia que produce ‘agujeros de tiempo’, de tal forma que los haces de luz de los receptores no lo detectan.
El uso de metamateriales ha permitido en los últimos años fabricar capas de invisibilidad que ocultan los objetos en el espacio. Ahora, científicos de la Universidad Pardue (EEUU) han trasladado este concepto al tiempo. En concreto, a la ocultación de los datos o eventos de información que se transmiten por fibra óptica a la largo del tiempo.
“Esta ‘ocultación temporal’ permite encubrir los datos que circulan a alta velocidad por estas fibras y el receptor responde como si no hubiera habido ninguna transmisión”, explica a SINC uno de los autores, Joseph Lukens.
El estudio se publica esta semana en la revista Nature, donde ya el año pasado otro grupo de la Universidad de Cornell presentó un trabajo parecido, pero el nuevo ofrece un gran avance: “Nuestra capa tiene un tiempo muerto muy corto antes de ocultar otro evento –dice Lukens–. Mientras que el manto del equipo de Cornell encubría eventos que se repiten a razón de 41.000 por segundo, nosotros lo podemos hacer a 12.700.000.000 por segundo, lo que supone un aumento monumental de la velocidad”.
Mediante sistema de moduladores y de fibra óptica convencionales, los investigadores han conseguido ocultar los eventos de información (como una serie de 0 y 1) en aproximadamente el 46% del eje del tiempo, y a una velocidad de 12,7 gigabits por segundo.
Esto lo han conseguido mediante el denominado efecto Talbot, un fenómeno de interferencia que produce patrones repetitivos y que los científicos han usado para crear ‘agujeros de tiempo’.
Juego de interferencias
Lukens lo explica así: “Usamos la interferencia de modo que ciertos momentos tienen una intensidad cero, mientras que otros tienen puntos de alta intensidad. Las zonas del tiempo sin intensidad son ‘agujeros de tiempo’ durante los cuales el haz de luz no puede detectar la presencia de eventos”.
Respecto a las posibles aplicaciones, los autores reconocen que todavía queda trabajo por delante para poner en práctica su manto de invisibilidad de tiempo en el mundo real de las telecomunicaciones, sobre para manejar bien muchos canales.
Aun así confían en su potencial para mejorar la seguridad en la transmisión de datos: “Por ejemplo, para prevenir que los ciberdelincuentes reciban información que no deberían, y, en otro ámbito, nuestro esquema de camuflaje también podría evitar las interferencias entre múltiples flujos de datos en la misma fibra”, concluye el investigador.
Referencia bibliográfica:
Joseph M. Lukens, Daniel E. Leaird, Andrew M. Weiner. “A temporal cloak at telecommunication data rate”. Nature Doi:10.1038/nature12224.