Un equipo de la Universidad Politécnica de Cataluña ha aplicado en el puerto de Gijón un método matemático que estudia la agitación portuaria para reducir los periodos de inactividad. Este trabajo permitirá predecir operacionalmente las condiciones de oleaje y las corrientes en los principales puertos españoles.
Un estudio, que se publica en la revista Ocean & Coastal Management, presenta una metodología para controlar las ondas largas en la gestión portuaria, un aspecto “poco valorado”, pero necesario en los sistemas de gestión de puertos.
Para Daniel González-Marco, autor principal de la investigación, “los puertos deben reducir los periodos de inactividad debidos a situaciones climáticas adversas, que pueden condicionar y provocar el paro de las operaciones de carga y descarga en las dársenas portuarias”.
Los diferentes tipos de olas pueden generarse por fuerzas meteorológicas o por transferencias no lineares de energía llegando a generar ondas largas. Muchas veces el viento y otros componentes, así como la situación de las infraestructuras portuarias pueden condicionar la actividad portuaria. Por ello, los puertos han desarrollado un sistema de gestión en tiempo real basado en medidas de oleaje y en predicciones con modelos numéricos que mejoran la gestión del tráfico marítimo y de las operaciones portuarias. Sin embargo, este sistema no contemplaba la presencia de ondas largas.
Los resultados del nuevo trabajo muestran ahora que “en situaciones extraordinarias, el oleaje y las ondas largas pueden coexistir, dando lugar a escenarios de inoperatividad prolongados en determinadas dársenas, especialmente cuando el periodo de estas ondas largas coincide con el periodo de resonancia de alguna de las dársenas”, detalla a SINC González-Marco. En condiciones normales, cuando sólo hay oleaje, el puerto de Gijón ejerce una “excelente” protección de sus dársenas, y el tiempo de inoperatividad es mínimo.
Según los investigadores, la combinación de oleaje y ondas largas ilustra la necesidad de considerar éstas últimas en la gestión portuaria. La presencia de ondas largas incrementa las oscilaciones en la superficie del agua y hace que las operaciones sean difíciles para los barcos, aumentando, de este modo, el tiempo de inactividad.
De Gijón a otros puertos españoles
El trabajo, en el que ha colaborado el Organismo Público Puertos del Estado a través de su red de medidas (http://www.puertos.es), se presenta como un referente del estudio numérico experimental de la gestión y calidad de las aguas en ambientes portuarios, en el marco de las políticas de mejora de la gestión de los puertos. Así, el Laboratorio de Ingeniería Marítima de la Universitat Politècnica de Catalunya está desarrollando herramientas para predecir operacionalmente las condiciones de oleaje y corrientes en los principales puertos españoles.
“Ya se realizan predicciones operativas para los puertos de Barcelona y Tarragona, y en un futuro se realizarán también para Bilbao”, añade el investigador principal del trabajo. Según los científicos, se puede optimizar la operatividad portuaria con estas predicciones, apoyadas también con medidas de campo, “a la vez que se aumenta la capacidad de gestión del puerto de una manera más amigable con el medio ambiente”, asegura a SINC González-Marco.
La investigación también ha valorado cuestiones medioambientales como las dinámicas de sedimento, los ecosistemas, la seguridad y la calidad del agua. Estos aspectos podrían estar potencialmente afectados por las ondas largas.
Desde los años ‘70, el tráfico marítimo en España se ha incrementado de forma significativa: el tráfico portuario total en los puertos de titularidad estatal ha pasado de 145 millones de toneladas en 1970, a 227 en 1980, 338 en 2000, 382 en 2003, y 462 en 2006 (último dato disponible). “Este incremento hace necesario que las autoridades portuarias mejoren continuamente sus instalaciones, servicios e infraestructuras”, concluye González-Marco.
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Referencia bibliográfica:
Gonzalez-Marco D., Sierra J.P., Fernandez de Ybarra O., Sanchez-Arcilla A. “Implications of long waves in harbor management: The Gijon port case study” Ocean & Coastal Management 51(2): 180-201 2008
Investigadores del Instituto Geológico Minero del CSIC explican que, en eventos extremos como la DANA del pasado 29 de octubre, los materiales que arrastra la corriente aumentan los daños causados por las inundaciones.
Este fenómeno conlleva más cuantía e intensidad de las precipitaciones que un huracán del Caribe o un tifón asiático, aunque también menos viento, explica un experto en climatología. Las lluvias torrenciales, especialmente en la Comunidad Valenciana, han dejado de forma provisional una cifra de víctimas mortales que asciende a 62 personas, en lo que se considera la peor DANA del siglo.
