Investigadores del Grupo de Cronobiología de la Universidad de Valladolid colaboran en un estudio pionero sobre el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), una patología muy común entre los niños (alrededor del 5% la padece, con mayor incidencia en varones) y de diagnóstico complejo. Su origen es desconocido y, aunque su base biológica está clara, como un problema neurobiológico y genético, no hay marcadores que lo detecten.
Hasta ahora, el TDAH se manifiesta a través de indicadores conductuales, de manera que los especialistas realizan el diagnóstico a través de cuestionarios validados. Con el estudio puesto en marcha, según ha explicado a DiCYT Julio Ardura, se tratará de “cotejar esos test con la observación objetiva del reloj midiendo la actividad del niño a lo largo del día”.
Los investigadores trabajan con unos aparatos denominados actímetros, en forma de reloj de pulsera, que miden la frecuencia cardiaca, el ritmo o la tensión arterial y que recogen cada movimiento que hace el usuario. “Cada movimiento, aunque sea tenue, genera un impulso eléctrico y deja una señal en un chip que luego se vuelca al ordenador y se analiza. Con actimetría se puede medir cuando se está despierto o dormido y cuándo hay más o menos movimiento. Así se puede estudiar en determinados oficios, como conductores de larga distancia, los momentos en los que la atención baja mucho”, detalla.
El trabajo constará de varias partes. En primer lugar, se valorará mediante actimetría la actividad normal de cerca de 100 niños sanos palentinos (grupo de control), que servirán de base para realizar la comparativa con los TDAH. Posteriormente, realizarán la medición de actimetría a los niños con TDAH diagnosticados mediante los cuestionarios. Una vez que estos niños reciban el tratamiento psiquiátrico adecuado, se volverá a realizar la prueba de actimetría para comprobar su evolución.
El trabajo, titulado Valoracion del ritmo circadiano actividad/descanso en niños con trastorno por déficit de atención e hiperactividad y comparación con un grupo control. Análisis actimetrico, ha recibido una financiación de 26.000 euros por parte de la Consejería de Sanidad y concluirá a lo largo de este año.
Resultados preliminares
Como explica el investigador, los datos preliminares tienen ya dos vertientes, “una que se están recogiendo muy bien los casos y otra es que no sólo vamos a medir qué actividad tienen, sino que se va a comparar con el grupo de control antes y después del tratamiento”. “Se trata de dos vertientes complementarias muy útiles para la investigación”, subraya.
Además, como avanza, se van a aplicar métodos técnicamente distintos gracias al grupo de investigadores de la Escuela de Ingenieros de Telecomunicación, entre los que se encuentran Pablo Casaseca y Diego Martín. Este grupo, “ha realizado ensayos con los primeros casos y con diversas técnicas y han encontrado que alguno de los métodos se acerca en sensibilidad y especificidad en el entorno de 0’90” una precisión que, de validarse definitivamente, “va a permitir analizar esos casos y decir cómo es esa patología, como cambia o no cambia con los tratamientos”. A nivel científico, posibilitará “dar a conocer en las revistas técnicas un método que permite medir estos aspectos del TDAH con la más alta fiabilidad conocida ahora mismo en la literatura”.