La firma Argon Pharma, ubicada en el Parque Científico de Barcelona, ha sido elegida para liderar un consorcio europeo que desarrollará nuevos fármacos orales para tratar cánceres como el de páncreas y el de colon. El objetivo es lograr medicamentos con mejor perfil de toxicidad, una dosificación más conveniente y una formulación mejorada, según los responsables del proyecto.
El Parque Científico de Barcelona (PCB) ha sido la sede de la reunión de lanzamiento del proyecto europeo WispATDrug (ácronimo de Lead optimization for innovative, orally bioavailable wide spectrum antitumor drugs), que tiene como objetivo desarrollar nuevos fármacos orales antitumorales para indicaciones concretas con una importante necesidad médica no cubierta, especialmente enfermedades huérfanas oncológicas, como el cáncer de páncreas, y otras indicaciones de prevalencia más elevada, como el de colon.
El proyecto dispone de un presupuesto de 1,5 millones de euros y está financiado por la iniciativa Eurotransbio del programa ERA-NET, dentro del séptimo programa marco de la Unión Europea, con esquemas de colaboración público-privados entre empresas –especialmente pymes– y laboratorios académicos mediante la coordinación de sus programas nacionales o regionales de financiación pública.
WispATDrug se desarrollará mediante un consorcio internacional liderado por la biotecnológica Argon Pharma y en él participarán cuatro empresas más de Alemania y Finlandia, con recursos y capacidades complementarias que combinan la búsqueda aplicada en química médica y biotecnología.
Se trata de las compañías alemanas ElexoPharm, PharmBioTec y Pharmacelsus y la finlandesa Admescope, de los sectores biofarmacéutico y servicios biotecnológicos.
Según informa el PCB en un comunicado, la mayoría de los medicamentos quimioterapéuticos que actualmente están en el mercado interfieren con la síntesis de ADN mediante la inhibición de su replicación o la división celular. Todos estos fármacos tienen un importante efecto secundario en común: su toxicidad en células normales y sanas, especialmente aquellas con una alta tasa de replicación (células sanguíneas o células intestinales).
Por otro lado, requieren administración intravenosa hospitalaria, lo que comporta un elevado coste económico y social.
Medicamentos orales innovadores
“La finalidad de este proyecto es desarrollar fármacos orales innovadores con mejor perfil de toxicidad, una dosificación más conveniente y una formulación mejorada para aumentar la calidad de vida del paciente y su bienestar, durante y después del tratamiento”, señalan estas fuentes.
“Para lograr este objetivo hemos constituido un consorcio privado, fuerte y capaz, con pymes biotecnológicas con conocimientos complementarios en la investigación y mejora de nuevos candidatos a fármacos, especialmente en áreas como el diseño racional de fármacos, la química médica, tecnologías de detección y criba de nuevos hits y ADME/toxicidad. La composición de este grupo ofrece la ventaja de incrementar la colaboración entre la industria europea para la generación de propiedad intelectual utilizando capacidades de centros públicos de investigación", ha destacado Ramón Roca, director general de Argon Pharma.
Muerte celular programada
El enfoque estratégico del proyecto estará dirigido a diseñar fármacos capaces de inhibir un mecanismo de acción concreto, asociado a los procesos cancerígenos para una variedad de indicaciones oncológicas, como algunos cánceres metastásicos avanzados.
Este enfoque representa una nueva y eficaz manera para combatir el cáncer. La inhibición de este mecanismo de acción tumoral induce la apoptosis –un proceso de muerte celular programada– que causa la muerte irreversible de las células tumorales, pero deja las células normales intactas.
Los medicamentos identificados como activos de este prometedor mecanismo tienen la capacidad de inhibir un amplio espectro de líneas celulares de cáncer, así como el potencial de ser desarrollados para más de una indicación, incluyendo el cáncer de alta prevalencia.
“Este enfoque podría ayudar a los socios a encontrar empresas farmacéuticas dispuestas a compartir los costes de la fase de desarrollo preclínico y clínico del fármaco candidato y conseguir acuerdos para la futura explotación del producto en diferentes mercados mundiales”, concluye Roca.