Desarrollar sistemas de búsqueda de marcadores biológicos en patologías psiquiátricas. Ese es el objetivo del departamento de Farmacología de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), junto con varios grupos clínicos de los Hospitales 12 de Octubre y Gregorio Marañón de Madrid.
El trabajo desarrollado por el grupo de investigación Neuropsicofarmacología Molecular de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid está permitiendo encontrar, tanto en modelos animales como en pacientes psiquiátricos, claves interesantes para el diagnóstico y la comprensión de nuevos mecanismos intra e intercelulares para un mejor diseño de estrategias terapéuticas en patologías psiquiátricas.
El grupo, liderado por Juan Carlos Leza, trabaja en la actualidad en estrecha colaboración con los servicios de psiquiatría de los Hospitales 12 de Octubre y Gregorio Marañón en estudios conducentes al entendimiento de la fisiopatología de patologías mentales.
En concreto, su colaboración con el Hospital 12 de Octubre - a través del grupo de Psicosis y Trastornos Relacionados del Instituto de Investigación- en una investigación co-dirigida por Isabel Martínez-Gras ha permitido la identificación de un disbalance inflamatorio/antiinflamatorio en pacientes crónicos diagnosticados de esquizofrenia en fase aguda de descompensación, cuyo tratamiento podría verse favorecido en un futuro con la introducción de fármacos que restauraran la señalización de la vía antiinflamatoria.
En virtud de su asociación con el Hospital Gregorio Marañón –a través del grupo de investigación en las bases biológicas de los trastornos del espectro autista- en una investigación co-dirigida por Mara Parellada, ha sido posible identificar disbalances en los mecanismos antioxidantes en un grupo de adolescentes con trastorno de Asperger (un tipo de autismo) en comparación con controles sanos y pacientes con un primer episodio psicótico (que en otros estudios propios también han demostrado alteraciones en el equilibrio oxidativo), lo cual podría suponer una nueva diana terapéutica para estos trastornos.
Además de estos dos estudios, y dentro del Consorcio Nacional de Investigación en Salud Mental (el Centro de Investigación Biomédica en Red en el Área de Salud Mental CIBERSAM), estos grupos están desarrollando baterías completas de indicadores biológicos de patologías mentales, especialmente depresión y primeros episodios psicóticos, junto con otros grupos clínicos de España.
Un reto por conseguir
Uno de los principales retos de la medicina moderna es la comprensión de los mecanismos moleculares y celulares que subyacen en las principales patologías mentales. Desde hace décadas, el diagnóstico y tratamiento de tales patologías dependen de una labor clínica detallada y experta de los psiquiatras. Las técnicas e instrumentación disponibles para el diagnóstico en este campo son, sin embargo, muy escasas en comparación con las de la mayoría de las otras especialidades médicas.
En los últimos años se están haciendo avances en el estudio de la información disponible proveniente de las técnicas de imagen médica y de registros electroencefalográficos. Estos avances han propiciado que dichas técnicas se hayan ido convirtiendo paulatinamente en un apoyo fundamental para los diagnósticos psiquiátricos.
El mal de la depresión
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión severa ocupa el tercer lugar (dato incluido en el año 2004) en la lista de las principales causas de “carga de enfermedad” (años de vida perdidos por causa de enfermedad). Las estimaciones mundiales según este organismo es que ocupará el primer lugar en el año 2030. La depresión severa, la esquizofrenia y el trastorno bipolar figuran entre las cuatro patologías mentales y neurológicas que más cuestan a la sociedad (tanto en países de renta alta como en países de renta media y baja).
La realidad que reflejan tanto los datos actuales como las previsiones responde en gran medida a la falta de medios diagnósticos rápidos y fiables, así como a la falta de comprensión de la fisiopatología de estos trastornos. Se estima que alrededor de un 50 % de los pacientes con trastornos del estado de ánimo y un 30-50 % de los pacientes con trastornos psicóticos son resistentes al tratamiento.