Un grupo de investigadores de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Complutense ha conseguido caracterizar la estructura molecular de una proteína específica del polen, la polcalcina. El hallazgo supone un paso más hacia una mayor simplificación y precisión en el diagnóstico de las alergias.
Los procesos alérgicos constituyen en la actualidad uno de los problemas sanitarios que más se acusan en la población de los países desarrollados, ya que el número de afectados ha aumentado de manera espectacular en las dos últimas décadas. Las alergias más comunes, en las que los síntomas se muestran de manera casi inmediata al contacto con el alérgeno, se producen como reacción del sistema inmunológico a determinadas sustancias, inocuas para la mayor parte de la población, pero que resultan hostiles en el individuo alérgico. Para realizar el diagnóstico, normalmente se utilizan extractos de las sustancias alergénicas y, a menudo, un mismo paciente muestra reacción a varias de ellas. Si se profundiza a nivel molecular, estas distintas sensibilizaciones se pueden atribuir a la presencia de un único alérgeno común, con estructura y funciones equivalentes.
En un trabajo de investigación publicado en la revista Journal of Immunology el equipo de la Universidad Complutense, dirigido por las profesoras Mayte Villalba y Rosalía Rodríguez, en colaboración con un grupo austriaco de la Universidad de Graz, ha logrado caracterizar la estructura de una proteína, la polcalcina, de un arbusto, el cenizo blanco (Chenopodium album). Los expertos, con una larga trayectoria internacional en la investigación de la alergia, han centrado sus estudios en esta proteína ya que pertenece a una familia de alérgenos responsable de las complejas alergias a pólenes (polinosis), y porque constituye, según la nomenclatura especializada, un panalérgeno, es decir, un alérgeno que se encuentra en especies vegetales muy diversas, como las gramíneas, el olivo o el cenizo blanco, causantes de un gran número de alergias en nuestro país.
La técnica utilizada para determinar la estructura molecular de la polcalcina ha sido la difracción de rayos X, que consiste en el análisis de los patrones de difracción de esta radiación sobre los cristales obtenidos de la proteína. Mayte Villalba ha afirmado que “estos estudios abren las puertas al conocimiento de las relaciones estructura-función de los procesos alérgicos y hacen más necesario, si cabe, la identificación de los componentes alergénicos de las distintas fuentes biológicas”.
El conocimiento a nivel molecular de los alérgenos y la descripción de sus propiedades inmunológicas está permitiendo mejorar en buena medida el diagnóstico de esta enfermedad. Así, el objetivo que plantea esta línea de investigación es, según Mayte Villalba, el de “identificar, analizar y producir de forma recombinante proteínas responsables de los procesos alérgicos”, para conocer mejor estas moléculas y con ello simplificar y mejorar el diagnóstico y tratamiento de los pacientes afectados.