Tras haberse realizado las pruebas analíticas correspondientes, el Hospital de Alcorcón (Madrid) ha confirmado el tercer caso de la variante humana de la enfermedad de Creutzfeld-Jakob en la Comunidad de Castilla y León y el cuarto que se produce en España. Según las administraciones, este suceso no tiene consecuencias epidemiológicas, es decir, no pone en riesgo la salud de los ciudadanos.
Este nuevo caso se encuentra dentro de las estimaciones posibles para nuestro país, tras la aparición de la enfermedad de las vacas locas en los años 90. Las Administraciones del Gobierno de España y de la Junta de Castilla y León reiteran la garantía en el consumo de carne de vacuno, y excluyen posibles consecuencias epidemiológicas.
El caso ha sido notificado a nivel internacional, confirmando que se trataba del cuarto caso de la nueva variante de la enfermedad que aparecía en España. Por su parte, la Consejería de Sanidad de Castilla y León dará traslado del caso a la Comisión de Salud Pública del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud para que sea tratado en su próxima reunión ordinaria.
Según un comunicado del Ministerio de Sanidad y Consumo, “la aparición de casos esporádicos de la enfermedad entra dentro de las previsiones que se hicieron a nivel de toda Europa hace ya más de 8 años. En aquel momento se pusieron en marcha las medidas correctoras, principalmente en la alimentación del ganado, para frenar la aparición de la enfermedad”.
En España sólo han aparecido hasta el momento cuatro casos, menos que en otros países europeos. “Previsiblemente, algunos casos más pueden producirse en la Unión Europea, pero siempre consecuencia de lo sucedido hace ya más de una década”.
Desde el posible contagio, el periodo de incubación de la variante de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob es de entre 5 y 10 años hasta la aparición de síntomas, lo que implica que, en el último caso, el contagio se produjo antes de que entraran en vigor las medidas de control establecidas por el Gobierno español, en colaboración con las autoridades europeas y autonómicas tras la aparición de los primeros casos en el Reino Unido.
Se localizaron y prohibieron los piensos de origen animal o con proteínas animales, se estableció el sistema de eliminación de animales infectados y se fijaron las partes cárnicas que no podían destinarse a consumo humano para introducir las máximas garantías en el consumo. Estas medidas de prevención y control siguen vigentes en la actualidad.
Exhaustivos controles de seguridad
En España, la vigilancia de las encefalopatías espongiformes de transmisión humana está integrada en la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica. A su vez, España está integrada en la Red de Vigilancia Europea de la enfermedad (EUROCJD). Existe un Registro Nacional, coordinado por el Centro Nacional de Epidemiología.
En cada Comunidad Autónoma hay designado un Coordinador Epidemiológico, al cual deberán ser notificados los casos sospechosos y que a su vez declara dichos casos al Registro Nacional, y un Coordinador Clínico que proporciona al médico notificante tanto el apoyo diagnóstico como el necesario asesoramiento en todos los temas relacionados con la enfermedad.
Desde el Registro Nacional se hace el intercambio de información con la Unión Europea. Con la EUROCJD se mantiene una constante coordinación, para que el control de la enfermedad en todos los países se realice de forma homogénea.
Estas enfermedades son objeto de una especial atención en cuanto a su detección, seguimiento, e investigación, ya que son enfermedades que requieren para su confirmación un estudio anatomopatológico. Desde la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica se está haciendo un seguimiento de todos los casos de esta enfermedad, especialmente de aquellos que pueden ser una variante de Creutzfeldt-Jakob.
Existen cuatro tipos de enfermedad de Creutzfeldt-Jakob: esporádica, familiar, iatrogénica y variante. El cuarto tipo (variante) fue definido en 1996 a raíz de la situación producida en el Reino Unido, y se atribuye al contagio a través del consumo de productos de animales ricos en tejido nervioso que, a su vez, han consumido pienso de origen animal contagiado con priones.