Según publica la revista 'Clinical Infectious Diseases'

Revisan la epidemia de la gripe “Española” de 1918 en España

En este trabajo, un grupo de investigadores dirigidos por Antoni Trilla, médico epidemiólogo del centro catalán, repasan las consecuencias que tuvo la peor epidemia de gripe en la historia de nuestro país. La relevancia del estudio radica en analizar lo sucedido para eventualmente plantear pautas de actuación ante una posible pandemia.

Dr. Antoni Trilla, Director de la UASP del Hospital Clínic de Barcelona
Dr. Antoni Trilla, Director de la UASP del Hospital Clínic de Barcelona.

Hace 90 años, en otoño de 1918, España sufrió la peor epidemia de gripe de la historia, también conocida como gripe “española”. La pandemia fue debida a un virus gripal tipo A (H1N1), probablemente de origen aviar, y se extendió por todo el mundo en pocos meses. Se cree que ha sido la pandemia más letal de la humanidad, con un elevado número de casos y una mortalidad difícil de estimar que superó los 50-70 millones de personas.

Un equipo de investigadores del Hospital Clínic de Barcelona y de la Universitat de Barcelona, dirigido por el epidemiólogo Dr. Antoni Trilla, director de la Unidad de Evaluación, Apoyo y Prevención del Clínic (UASP), publicó recientemente en la revista Clinical Infectious Diseases (47:668-73) un análisis histórico de las consecuencias que la epidemia de gripe tuvo para nuestro país. Según los autores, los resultados pueden tener relevancia en caso de enfrentarnos a una nueva pandemia infecciosa, como podría ocurrir con la gripe aviar (H5N1).

Las estimaciones oficiales situaron la mortalidad debida a la gripe en España (1918-1919) en unas 169.000 personas. Sin embargo, empleando una serie de índices habituales para calcular la mortalidad directa e indirectamente relacionada con la gripe, los autores de este estudio indican que la mortalidad pudo alcanzar la cifra de 260.000 personas, lo que supone prácticamente el 1,5% de la población total de España en 1918-1919. Dicha mortalidad se concentró (75% de casos) en el periodo septiembre-noviembre de 1918. La elevada mortalidad supuso que la población de España tuviese un crecimiento neto negativo en 1918, hecho solo repetido en el año 1936.

La epidemia fue noticia en España, un país neutral en la guerra y que no censuró la publicación de los informes sobre la enfermedad y sus consecuencias. Debido a la censura de prensa existente como consecuencia de las operaciones militares en curso en la I Guerra Mundial, es probable que esta fuese la razón para atribuir, sin fundamento epidemiológico sólido, un origen “español” a la epidemia. Es posible que la epidemia se introdujese en España a partir del tráfico de trabajadores españoles y portugueses que se desplazaban masivamente hacia a los campos franceses cercanos a los campamentos militares.

En este artículo se comentan algunos aspectos de interés para comprender la reacción de los españoles y de las autoridades sanitarias de la época, que pueden tener relevancia en caso de enfrentarnos a una nueva pandemia. Así, por ejemplo, las autoridades tardaron más de 5 meses en declarar formalmente la epidemia y los servicios de salud se vieron desbordados por el elevado número de casos: faltaron médicos y hubo movilización voluntaria de los estudiantes de medicina de la época.

Ni el curso escolar ni el universitario se iniciaron con normalidad; se suspendieron algunas actividades públicas pero otras no, sin criterio, lo que favoreció en algunos casos la diseminación de la epidemia, como sucedió en Zamora y otras ciudades al celebrarse actos religiosos masivos para invocar la misericordia divina.

En Barcelona, por ejemplo, se tuvo que solicitar la ayuda del ejército para transportar y enterrar a los muertos en octubre de 1918. Los periódicos de la época, como es el caso de La Vanguardia, dedicaban sus primeras páginas a las esquelas, y tenían una sección fija denominada “La epidemia reinante”.

Aunque el virus A(H1N1) responsable de la epidemia, reconstruido recientemente a partir de muestras de cadáveres de nativos Inuit fallecidos en Alaska, no se originó en España, el nombre de “Gripe Española” (Spanish flu) ha quedado inscrito en la historia de las epidemias como la peor y más devastadora del siglo XX.

Con el objetivo de ofrecer una perspectiva histórica a los estudiantes de medicina de la Universitat de Barcelona, y proporcionar herramientas para aprender y evitar en lo posible los errores cometidos en epidemias anteriores, el Dr. Antoni Trilla es coordinador de un curso denominado Epidemias: Pasado, Presente y Futuro. En el programa se repasan las mayores epidemias, su contexto y las medidas de prevención que se adoptaron. Durante el curso, impartido durante el pasado mes de octubre, también se analizaron las principales enfermedades transmisibles que suponen un riesgo presente o futuro para la salud mundial.

Fuente: Hospital Clinic
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