Un equipo de investigación del Museo Nacional de Ciencias Naturales y la Universidad de Oviedo ha realizado un análisis genómico del pinzón vulgar, demostrando su origen continental y trazando la colonización y evolución del ave en los archipiélagos marcaronésicos. Los resultados del estudio han llevado a los investigadores a proponer cuatro especies nuevas.
Científicos del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) y la Universidad de Oviedo han reconstruido cómo se produjo la dispersión de los pinzones vulgares, Fringilla coelebs, en Macaronesia mediante el análisis de marcadores genómicos.
Los resultados demuestran el origen continental de este tipo de ave, y cómo desde Eurasia y el Norte de África, los pinzones colonizaron en primer lugar el archipiélago de las Azores, después Madeira y finalmente las Islas Canarias.
En cada uno de estos lugares formaron poblaciones genéticamente diferenciadas y acumularon diferencias en su morfología y color del plumaje. Por ello, los investigadores proponen elevar al rango de especie a los pinzones del norte de África, Azores, Madeira y Canarias.
Del tamaño de un gorrión, el pinzón vulgar es una de las aves más abundantes en los bosques de nuestro territorio. Su área de distribución va desde el norte de África, toda Europa y Asia, donde llega hasta el oeste de Mongolia y Siberia, pasando por los archipiélagos de las Azores, Madeira y Canarias, es decir todas las islas macaronésicas excepto Cabo Verde y las Salvajes.
“Los análisis genómicos nos han permitido entender cómo se produjo la colonización de los archipiélagos macaronésicos y hasta qué punto estas poblaciones han evolucionado hasta formar especies diferentes”, explica la investigadora del MNCN María Recuerda.
El estudio, publicado en la revista Molecular Phylogenetics and Evolution, demuestra que la colonización de estas aves siguió una ruta sorprendente. Hace alrededor de 800.000 años salieron del continente y llegaron a las Azores, y desde allí continuaron a Madeira y finalmente a las Canarias.
“Además de lo curioso del recorrido, ya que por distancia parecería más probable que la especie hubiera llegado a Canarias antes que a Azores, nos ha sorprendido la elevada variabilidad genética que albergan las poblaciones de las Azores”, apunta Recuerda.
“Creemos que los grupos que llegaron desde el continente fueron muy numerosos y mantuvieron la variabilidad genética alta, cosa que no ocurrió en las colonizaciones insulares posteriores, pues se aprecia claramente la reducción de la variabilidad genética a medida que progresa la colonización, encontrando una diversidad menor en Madeira y aún menor en Canarias”, continúa.
Debido a las diferencias de color y morfología, las distintas poblaciones estudiadas se han considerado hasta ahora subespecies de la especie euroasiática, Fringilla coelebs.
Existen tres subespecies en África, de las que se ha trabajado con Fringilla coelebs africana; una en Azores, Fringilla coelebs moreletti; una en Madeira, Fringilia coelebs maderensis, y cuatro en Canarias que corresponden al área en la que viven, Fringilla coelebs palmae, en La Palma, Fringilla coelebs bakeri, en Gran Canaria, Fringilla coelebs canariensis, en la Gomera y Tenerife y Fringilla coelebs ombriosa, en El Hierro.
“Los resultados obtenidos revelan una marcada diferenciación genética entre subespecies que coincide con las diferencias morfológicas, y por eso proponemos que se eleve al rango de especie a las poblaciones del norte de África, Azores, Madeira y Canarias, de manera que se reconozcan cuatro nuevas especies, manteniendo las especies de Canarias y Norte de África sus subespecies respectivas”, concluye la investigadora del MNCN.
Referencia:
M. Recuerda et al. "Sequential colonization of oceanic archipelagos led to a species-level radiation in the common chaffinch complex (Aves: Fringilla coelebs)". Molecular Phylogenetics and Evolution.