La conveniencia de los vínculos financieros entre médicos y compañías farmacéuticas para lograr mejorar la salud humana. Ése es el debate que aparece esta semana en la revista PLoS Medicine, en el que se comenta si la influencia del dinero de las compañías farmacéuticas corrompe a la comunidad médica.
La relación entre los médicos y las compañías farmacéuticas ha sido objeto de intenso análisis en los últimos años. Algunas personas argumentaban que los médicos tienen como misión la salud pública, lo cual es incompatible con el fin de la industria farmacéutica, que no es otro que el de maximizar los beneficios para sus accionistas.
Emma D'Arcy, cofundadora de una página de Internet cuyo fin es crear una red de trabajo internacional donde los trabajadores de la salud y la industria farmacéutica puedan comunicarse, no está de acuerdo con que esta relación sea inconciliable. “Se pueden formar "alianzas auténticas" entre ambos con el objetivo común de mejorar la salud humana y lograr medicamentos seguros y eficaces”, sugiere.
D'Arcy describe tres puntos en los que se puede fomentar una sana colaboración: enseñar a los profesionales médicos a distinguir entre información clínica y material promocional; garantizar la transparencia por ambas partes a través de páginas en Internet que se usen como redes de trabajo; y asegurarse de que las interacciones beneficiarán en última instancia al cuidado de las personas que padecen alguna enfermedad y avanzar en el conocimiento médico científico.
Por su parte, Ray Moynihan, investigador de la Universidad de Newcastle en Nueva Gales del Sur (Australia), sostiene que la transparencia no es suficiente para garantizar que el comportamiento de prescripción de los médicos no esté distorsionado por la influencia de la industria farmacéutica.
Moynihan cita las pruebas recopiladas en la página de Internet del grupo sin ánimo de lucro “Escepticismo saludable”, donde se incluye una revisión sistemática que demuestra que los estudios patrocinados por compañías farmacéuticas fueron más propensos a tener resultados en favor de dicha compañía, y pide que la profesión médica se libere completamente del dinero que acepta de ésta.
Para ello, destaca la distorsión que la industria farmacéutica produce en la formación médica continua, en particular en la capacidad de los profesionales médicos para mejorar su currículum, además de la asistencia a todo tipo de eventos patrocinados por las empresas. El investigador concluye que debe prohibirse toda financiación de la industria farmacéutica a la formación médica continua, ya sea directa o indirecta.
“Liberarse completamente es la alternativa más sana”, afirma Moynihan, “y estrategias tales como la campaña lanzada por las Asociaciones Norteamericanas de Estudiantes de Medicina, conocida como PharmFree, que ha abogado por la ruptura de los vínculos financieros, anticipan un futuro en el que menos médicos receten bajo la influencia de la industria".
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Referencia bibliográfica:
D'Arcy E.; Moynihan R. “Can the Relationship between Doctors and Drug Companies Ever Be a Healthy One?” PLoS Medicine 6(7), julio de 2009.
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