Investigadores del Instituto de Tecnología Cerámica (ITC), a través del proyecto PROMOVENT, pretenden contribuir a la promoción de la fachada ventilada cerámica como solución para la edificación sostenible. Según sus promotores, la iniciativa es idónea para la rehabilitación de edificios, ya que favorece el ahorro energético y reduce los consumos en climatización, entre otras ventajas.
El Instituto de Tecnología Cerámica -centro mixto de la Asociación de Investigación de las Industrias Cerámicas (AICE) y la Universitat Jaume I de Castellón (UJI) y miembro de la Red de Institutos Tecnológicos de la Comunitat Valenciana (REDIT)-, contribuirá a fomentar el uso de la fachada ventilada cerámica en la edificación a través del proyecto “Promoción de las aplicaciones cerámicas ventiladas para rehabilitación energética de edificios,”PROMOVENT”.
Este proyecto, liderado por el ITC, cuenta con la participación de la Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos (ASCER), el Instituto Valenciano de Edificación (IVE) y el Grupo Fredsol de la Universidad Politécnica de Valencia, y pretende contribuir a fomentar el uso de la fachada ventilada cerámica como solución constructiva idónea para la rehabilitación de edificios dadas las características especiales que posee este elemento constructivo, fundamentalmente favorecer el ahorro energético al tiempo que existe una reducción de consumos de refrigeración.
Es por eso que este gurpo de investigación pretende incorporar esta solución constructiva en el marco de las herramientas informáticas reconocidas por la Administración, lo que además de permitir el reconocimiento de sus ventajas energéticas, aumentará el interés y la confianza de los presciptores en el uso de fachadas ventiladas.
PROMOVENT empezó a desarrollarse en 2010 y concluirá en 2011, gracias a los fondos aportados por el Instituto de la Pequeña y Mediana Industria Valenciana (IMPIVA) y los Fondos europeos FEDER, dentro del Plan de Competitividad de la Empresa Valenciana (PCEV)
¿Cuáles son las ventajas de la fachada ventilada cerámica?
El sistema constructivo de fachada ventilada con baldosas cerámicas constituye una solución idónea para la rehabilitación energética de edificios, ya que permite mejorar su comportamiento térmico debido a la eliminación de puentes térmicos y condensaciones, además de mejorar la protección frente a humedades, y especialmente, por su capacidad de evacuación del calor que reduce el consumo de energía para la refrigeración de la vivienda.
Por otra parte, cabe destacar que el sector de la construcción es el que contribuye en mayor medida a las emisiones de Gases con Efecto Invernadero con un valor medio estimado cercano al 33% en la mayoría de los países desarrollados. Es conocido que en Europa alrededor del 40% del consumo total de energía corresponde a los edificios, representando una parte importante de la misma la calefacción con combustibles fósiles.
En España, y pese a disponer de unas condiciones climatológicas más moderadas, el consumo energético derivado de la edificación supone un 25% del total nacional, solamente el sector residencial ya representa un 16% del mismo. Este uso no racional de los recursos energéticos implica un elevado impacto ambiental asociado a las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y otros gases de efecto invernadero, ya que en general la energía consumida proviene de fuentes no renovables.
La relevancia de este problema, cada vez más reconocida en todos los ámbitos, ha motivado el desarrollo de acciones orientadas a intentar en un futuro próximo rediseñar la forma de edificar en Europa, para construir y renovar de una forma energéticamente más eficiente.
Tras la firma del protocolo de Kyoto en 2005, en el que los países desarrollados se comprometían a la reducción de las emisiones de CO2, en Marzo del 2007, los líderes de la Unión Europea adoptaron un enfoque integrado de la política climática y energética que pretende luchar contra el cambio climático y aumentar la seguridad energética de la UE, así como fortalecer su competitividad. Para ello, se comprometieron en transformar a Europa en una economía baja en carbono y de alta eficiencia energética.
Para poner en marcha este proceso, los Jefes de Estado y de Gobierno fijaron una serie de objetivos climáticos y energéticos exigentes a través de la Directiva 2002/91/EC, conocidos como los objetivos 20-20-20, que deben cumplirse antes de 2020. Estos son, fundamentalmente tres: que se llegue a una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de al menos un 20% por debajo de los niveles de 1990, que el 20% del consumo energético de la UE provenga de recursos renovables, y que se produzca una reducción del 20% en el consumo de energía primaria en comparación con los niveles proyectados, que deben lograrse mediante la mejora de la eficiencia energética.
En la región del polo sur de la Luna existen zonas donde nunca luce el Sol y otras donde siempre llegan sus rayos. Para que los vehículos puedan operar en esas condiciones, y con fondos de la Agencia Espacial Europea, investigadores de España y Reino Unido desarrollan sistemas que combinan paneles solares, baterías y generadores termoeléctricos de radioisótopos.
La metodología diseñada por la Universidad de Murcia y el CSIC identifica las regiones donde el sol y el viento ofrecen, conjuntamente, menos fluctuaciones en la producción de energía. A través de la sistema Climax se pueden planificar el emplazamiento y uso compartido de estas renovables para aumentar la estabilidad del suministro.
