Un novedoso análisis de sangre podría suponer un gran avance en la batalla contra el peligroso virus de la hepatitis C. Este procedimiento ofrece una alternativa más barata a los análisis comerciales convencionales y con la misma sensibilidad. Ahora, por primera vez, los países más pobres tendrán la oportunidad de detectar el virus de la hepatitis C en sus bancos de sangre utilizando métodos adecuados.
El nuevo procedimiento podría cambiar este panorama. “En Brasil, un análisis de hepatitis C convencional cuesta más de 100 dólares por muestra, sin embargo, para nosotros el coste es inferior a 19 dólares”, declara Jan Felix Drexler, que ha intervenido en el desarrollo de este nuevo procedimiento de ensayo que publica hoy la revista Plos Medicine.
Además de investigadores alemanes (de la Universidad de Bonn y del Instituto Bernhard-Nocht de Medicina Tropical de Hamburgo), también han participado científicos de Brasil, Singapur, Sudáfrica y Reino Unido.
Diez dólares de este precio corresponden a honorarios por cesión de licencia debido a que varias compañías farmacéuticas importantes son titulares de patentes del genoma del virus de la hepatitis C.
El procedimiento funciona, en principio, igual que la mayoría de los análisis comerciales disponibles hoy en el mercado: todos estos procedimientos reconocen secuencias del genotipo en la sangre que proceden del virus de la hepatitis C. Sin embargo, el problema es que existen diversos tipos de patógeno cuyos genotipos son a veces muy diferentes. Según los expertos, un buen análisis de sangre debería detectar con la misma exactitud cada uno de estos tipos.
“En Asia, por ejemplo, frecuentemente encontraremos virus de la hepatitis C diferentes a los nuestros”, señala Drexler. “Pero cuando un turista se infecta en Tailandia y posteriormente dona sangre en Alemania, tenemos que ser capaces también de diagnosticar estas muestras de sangre con total exactitud”.
A partir del estudio de 600 muestras de sangre procedentes de cinco países diferentes, los investigadores han podido demostrar su eficacia. “Nuestro procedimiento es, al menos, tan sensible con los dos mejores procedimientos convencionales”, Christian Drosten, un virólogo de la Universidad de Bonn. “Esto se aplica a todos los tipos de virus”.
El análisis aprueba el examen en Brasil
En todo el mundo hay 170 millones de personas infectadas con el virus de la hepatitis C. Las primeras fases de la enfermedad suelen pasar desapercibidas, mientras que en las últimas fases puede desarrollarse cáncer de hígado y cirrosis hepática, que es una enfermedad mortal.
Una de las principales fuentes de infección reside en los bancos de sangre contaminados, motivo por el cual todos los bancos de sangre de Europa y de Estados Unidos se analizan rutinariamente para detectar el virus de la hepatitis C. Sin embargo, los países más pobres no pueden realizar estos controles o tienen que fiarse de sus anticuados análisis y que carecen de la sensibilidad adecuada.
Ahora, por primera vez, los países más pobres también tienen la posibilidad de analizar sus bancos de sangre y a un coste comparativamente pequeño. “Esto sería un gran avance para contener la enfermedad”, recalca Drexler. “Después de todo, las transfusiones constituyen una importante fuente de propagación”.
En un laboratorio brasileño ya se ha probado con gran éxito en 127 pacientes. En esta última publicación, los investigadores revelan todos los detalles de sus métodos. “También se pueden suministrar los reactivos de control a todo aquel que desee utilizar este análisis”, señala el Dr. Drexler. Los proveedores comerciales, por el contrario, mantienen en el más estricto secreto los datos precisos de sus análisis.
Pero este procedimiento no sólo detectará la presencia de una infección con los virus de la hepatitis C. Los médicos también pueden determinar la concentración total de virus en la sangre. Por lo tanto, este análisis de sangre también se puede usar, por ejemplo, para controlar el éxito terapéutico. Según Drexler “De esta forma podremos ahorrar a muchos pacientes meses de costosos tratamientos así como los indeseables efectos secundarios”.
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Referencia bibliográfica:
PLOS Medicine, 10 de febrero de 2009
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