Nuevos fármacos cardiovasculares basados en la molécula de antraceno

Un grupo de investigadores de diferentes universidades entre las que se encuentra la Universidad Autónoma de Madrid han descubierto una nueva familia de fármacos calcioantagonistas para el tratamiento de enfermedades cardiovasculares, como la hipertensión, la angina de pecho o las arritmias.

Nuevos fármacos cardiovasculares basados en la molécula de antraceno
Arriba: Comparación de la estructura química del raticida Norbormida (izquierda) y la fórmula general de los derivados de antraceno estudiados (derecha). Abajo: Laboratorio del Instituto Teófilo Hernando, Facultad de Medicina, UAM.

Para el tratamiento de enfermedades cardiovasculares como la angina de pecho, la hipertensión o las arritmias, la prescripción médica dispone de gran cantidad de medicamentos. Entre ellos, han destacado históricamente una familia denominada los “calcio-antagonistas”. En la actualidad, el uso de este tipo fármacos sigue siendo mayoritario, pudiendo elegir el especialista entre tres subtipos, a saber, dihidropiridinas, fenilalquilaminas y benzotiazepinas. Sin embargo, análogamente a lo que sucede con otros fármacos cardiovasculares, estos no carecen de efectos secundarios importantes, y aunque el desarrollo de nuevos fármacos pertenecientes a estas familias pueda mejorar su perfil terapéutico, siempre existe la posibilidad de que presenten efectos adversos análogos a los ya descritos. De aquí viene el interés que suscita un trabajo llevado a cabo en colaboración por laboratorios de diferentes universidades y publicado en Journal of Medicinal Chemistry (J. Med. Chem., 2009, 52 (5), pp 1259–1262) recientemente. Investigadores de las Universidades de Padua, Siena y Bolonia en Italia, de Innsbruck en Austria, y de la Autónoma de Madrid, han descrito una nueva familia de calcio-antagonistas diferente a las ya conocidas.

Como sucede en muchas ocasiones en el descubrimiento de nuevos fármacos, esta nueva familia tiene como antecedentes un veneno, la norbormida, utilizado como raticida, que actúa provocando una vasoconstricción letal en el animal. Esta vasoconstricción es una propiedad específica de la norbormida en ratas, en otros mamíferos se descubrió que era capaz de generar vasorelajación. La vasorelajación está asociada muchas veces a un bloqueo de la entrada de iones calcio en las células musculares del sistema circulatorio, justamente la función fisiológica que presentan los conocidos fármacos calcioantagonistas.

Por este motivo, estos investigadores pensaron en la posibilidad de sintetizar productos análogos a norbormida que fueran capaces de ejercer su función vasorrelajante por el mismo mecanismo que llevan a cabo los calcioantagonistas. Estos nuevos compuestos muestran una estructura más sencilla y mantienen aquellos grupos funcionales químicos que son considerados esenciales para su función. Hasta el momento, se han preparado once compuestos que han demostrado una interesante actividad calcioantagonista. De entre todos ellos, se ha elegido uno en concreto por ser el más potente, y se ha caracterizado su actividad farmacológica, a través de diversas técnicas, como las de órgano aislado, que estudia los cambios en la contracción de un preparado tisular, electrofisiológicas, que permiten conocer los cambios electroquímicos que suceden en una única célula debidos a la actividad de los canales por donde entra el calcio, y de desplazamiento de radioligandos, que detecta la unión específica del nuevo fármaco a los canales de calcio. Con estas técnicas, se ha podido describir no solo donde lleva a cabo su acción el nuevo fármaco, sino también en qué posición de esa diana específica y, finalmente, que estado fisiológico de la diana favorece en mayor medida el bloqueo por parte del fármaco descubierto.

Todos estos experimentos tienen como fin el poder entender con exactitud el mecanismo de acción de este nuevo fármaco, lo que permitiría un mayor conocimiento de las propiedades terapéuticas de esta nueva familia de fármacos, posicionándose así como una nueva alternativa a los medicamentos para el sistema cardiovascular ya conocidos.

Fuente: Universidad Autónoma de Madrid (UCCUAM)
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