Nuevos avances frente a la cardiotoxicidad derivada de la quimioterapia

Investigadores españoles han identificado el papel de la proteína omentina para contrarrestar los efectos negativos de los tratamientos oncológicos. Niveles bajos de dicha proteína están relacionados con enfermedad arterial coronaria, insuficiencia cardíaca e infarto agudo de miocardio.

mujer en un hospital
Por ahora se ha avanzado poco en mitigar los graves efectos secundarios que experimentan los pacientes de cáncer. / Pixabay

En los últimos años se han logrado grandes avances en el tratamiento del cáncer. Sin embargo, también han quedado demostrados los graves efectos secundarios que experimentan los pacientes. Entre ellos, la cardiotoxicidad producida por los tratamientos antineoplásicos, uno de los efectos secundarios más importantes, que repercute negativamente tanto en la calidad de vida como en la morbimortalidad.

Científicos del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Cardiovasculares (CIBERCV) en el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago, trabajan en la prevención o tratamiento de la cardiotoxicidad a través de terapias específicas.

En un estudio reciente de Ricardo Lage e Isabel Moscoso y financiado por la Fundación Mutua Madrileña, han demostrado que la proteína omentina disminuye el daño inducido por el fármaco docetaxel en cardiomiocitos, sugiriendo que los niveles de esta proteína podrían modular la tendencia al desarrollo de cardiotoxicidad en pacientes oncológicos.

Los investigadores han demostrado que la proteína omentina inhibe la muerte celular inducida por el fármaco docetaxel

Si bien existe una sólida conciencia de la asociación entre la obesidad y la enfermedad cardiovascular, es menos conocida su asociación con el desarrollo de distintos tipos de cáncer y una mayor susceptibilidad a la toxicidad cardiaca.

La omentina, cuyos niveles disminuyen con el sobrepeso y la obesidad, es una adipoquina (una proteína metabólicamente activa cuya síntesis tiene lugar en el adipocito y desempeñan función muy importante en la regulación de procesos metabólicos) con efectos beneficiosos en las respuestas inflamatorias, la homeostasis de glucosa y la enfermedad cerebro vascular.

Niveles bajos de omentina están relacionados con enfermedad arterial coronaria, insuficiencia cardíaca e infarto agudo de miocardio. Según explica Lage, “evaluamos los efectos del tratamiento con omentina frente a la toxicidad inducida por docetaxel, un fármaco ampliamente prescrito en el manejo del cáncer de mama y cuyo uso se ha asociado a problemas electrofisiológicos, isquémicos e insuficiencia cardiaca”.

Los investigadores han demostrado en este estudio que la omentina inhibe la muerte celular inducida por docetaxel. La pérdida de cardiomiocitos es uno de los determinantes principales en la progresión de la disfunción cardiaca. Aunque la omentina no logró reducir el estrés oxidativo inducido por el fármaco, si fue capaz de disminuir el estrés del retículo endoplásmico sugiriendo su posible papel cardioprotector frente a la toxicidad por este tipo de fármacos.

El objetivo: implementar terapias dirigidas

Actualmente, la atención cardiovascular se enfrenta a un cambio de paradigma, ya no se trata de evitar la cardiotoxicidad sino prevenirla o tratarla en un paciente con el tratamiento oncológico óptimo desarrollando terapias específicas basadas en el conocimiento mecanístico del daño cardiaco.

“Se trata de un estudio preliminar que ha de escalarse en pacientes. En primer lugar hemos de estudiar si el desarrollo de toxicidad en los pacientes está relacionado con los niveles de omentina y si estos están a su vez determinados por la obesidad”, afirma Isabel Moscoso, última firmante del estudio.

“Localizar a los pacientes con mayor riesgo de cardiotoxicidad permitirá implementar terapias dirigidas a prevenirla y un manejo adecuado y personalizado del tratamiento oncológico”, detalla.

Referencia bibliográfica:

Lage R, Cebro-Márquez M, Rodríguez-Mañero M, González-Juanatey JR, Moscoso I. Omentin protects H9c2 cells against docetaxel cardiotoxicity. PLoS One. 2019 Feb 22;14(2):e0212782. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0212782

Fuente: CIBER
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