Investigadores de la Universidad de Jaén han diseñado una técnica rápida y sencilla para determinar a la vez 13 disruptores endocrinos, unos contaminantes que alteran el equilibrio hormonal del organismo. El procedimiento combina procesos físicos y químicos para localizar de forma precisa estos compuestos en muestras de orina, sangre y leche materna.
Miembros del grupo Química Analítica de la Universidad de Jaén han desarrollado un método simple, rápido, preciso y sensible para la determinación simultánea de 13 compuestos considerados disruptores endocrinos, es decir, que alteran el equilibrio hormonal del organismo, en orina, sangre y leche materna.
La técnica combina procesos físicos y químicos para detectar todas las sustancias a la vez, a pesar de la diversidad de muestras biológicas, y eliminar así los elementos que no resulten de interés para el análisis.
El proceso comienza con la extracción en fase sólida continua. Esta etapa se lleva a cabo en un sistema compuesto por tubos en miniatura y una columna donde se quedan retenidos los compuestos de interés y se eliminan los que pueden alterar a los resultados de los análisis. A continuación, los extractos de las muestras se analizan por cromatografía de gases-espectrometría de masas donde se produce una separación de los compuestos según su volatilidad.
“En función de si el pico es grande o pequeño, la muestra contiene una mayor o menor concentración de un compuesto”, explica el responsable del estudio Evaristo A. Ballesteros Tribaldo.
La novedad del sistema se basa en la utilización del tratamiento previo de fase sólida, que consigue detectar compuestos a niveles bajos, del orden de nanogramos por litro. Otra de las ventajas es la minituarización del sistema de tubos de la fase de extracción sólida, que miden 0,5 milímetros de diámetro. Estas dimensiones reducen el uso de disolventes orgánicos y muestras evitando problemas de contaminación, ahorrando tiempo en el análisis y disminuyendo notablemente el coste.
En cuanto al número de sustancias analizadas, los expertos han analizado cinco grupos de los más importantes, incluidos los parabenos, alquilfenoles, fenilfenoles, bisfenol A y triclosán, de una manera simultánea. “Aunque la estructura de los 13 compuestos estudiados es muy diferente, su determinación se lleva conjuntamente”, apunta Ballesteros.
Muestras biológicas complejas
Los expertos señalan que la alta complejidad de las muestras biológicas por lo general requieren el uso de una técnica de extracción para purificar y aislar los compuestos diana de la matriz. Además, los niveles de sustancias se encuentran en cantidades muy bajas en muestras humanas, con lo que se requiere el uso de técnicas de extracción especialmente eficientes para concentrar las sustancias de análisis para su determinación con una sensibilidad adecuada.
En concreto, en este estudio publicado en la revista Journal of Pharmaceutical and Biomedical Analysis se analizaron un total de 24 muestras de fluidos humanos. La mayoría de éstas contenían algunos disruptores endocrinos, a concentraciones desde los 0,10 hasta los 14 microgramos por litro.
Según los autores, se han encontrado niveles "muy por debajo" de los límites de estas sustancias determinados a escala internacional. “Se detectan sobre todo parabenos y triclosán en casi todas las muestras, pero muy por debajo de los niveles que puedan considerarse perjudiciales para el organismo y alejados de los que se han encontrado a en otros países europeos, Estados Unidos o Japón. Es lógica su presencia, porque son los más utilizados en compuestos que empleamos a diario”, matiza el investigador.
Los disruptores endocrinos son sustancias químicas, ajenas al organismo, capaces de alterar el equilibrio hormonal, es decir, de generar la interrupción de algunos procesos fisiológicos controlados por hormonas, o de generar una respuesta de mayor o menor intensidad que lo habitual. Son muy numerosos y poseen estructuras variadas. Tienen origen natural o artificial, y pueden actuar a dosis muy bajas sobre una gran diversidad de organismos.
De los cinco grupo analizados, el bisfenol A se emplea principalmente en la fabricación de plásticos. Por su parte, los parabenos constituyen un tipo de compuesto químico utilizado habitualmente en las industrias cosmética y farmacéutica. Pueden ser encontrados en champús, cremas hidratantes, geles de afeitado o autobronceadores.
En el caso de los alquifenoles, se producen en los procesos de fabricación de PVC y de plaguicidas y los fenilfeloles se emplean como conservantes debido a sus propiedades fungicidas y desinfectantes. Por su parte, el triclosán es un agente antibacteriano por los que está presente en productos como dentífricos, jabones e incluso en ropa o equipamiento informático.
Los expertos apuntan que, dada la presencia de estos compuestos en productos tan cotidianos, métodos como el que proponen contribuyen a una mejor medición y evaluación de cara a decretar futuras normativas que establezcan los niveles máximos permitidos.
Referencia bibliográfica:
Abdelmonaim Azzouz, Andrés J. Rascón, Evaristo Ballesteros. "Simultaneous determination of parabens, alkylphenols,phenylphenols, bisphenol A and triclosan in human urine, blood andbreast milk by continuous solid-phase extraction and gas chromatography–mass spectrometry". Journal of Pharmaceutical and Biomedical Analysis, febrero de 2016.