Nuevas ideas para una solución eficiente a la crisis global del coral

Científicos australianos y suecos han establecido un nuevo sistema alternativo de gestión en el Parque Marino de la Gran Barrera de Coral de Australia. El sistema se presenta como un modelo internacional revolucionario para una mejor gestión de los océanos.

Per Olsson y Carl Folke, del Stockholm Resilience Centre de la Universidad de Estocolmo, y Terry Hughes, del Centro de Excelencia ARC para Estudio de Arrecifes de Coral en Australia, han identificado las claves para la gestión eficaz de ecosistemas marinos. Las conclusiones, que se han publicado recientemente en Proceedings of the US National Academy of Science (PNAS), han sido presentadas en el X Simposio Internacional sobre arrecifes de coral, celebrado en Fort Lauderdale (Florida), en el que se han reunido los investigadores y los responsables de gestión de recursos más destacados del mundo.

“El problema fundamental es que la ‘crisis del coral’ global es realmente una crisis de administración”, ha explicado Terry Hughes. “En todo el mundo, las personas se enfrentan a las dificultades que plantea la gestión de estos sensibles ecosistemas de coral, ante las presiones humanas y naturales a las que están sometidas”. Hughes ha señalado además que “muchos han tratado de proteger los entornos marinos, pero en cuanto se aplica algún sistema de administración y todos se relajan, la situación se ve sobrepasada por los acontecimientos, ya sean provocados por el hombre o naturales”.

Según el co-autor Per Olsson, la aplicación crítica en el caso de la Gran Barrera de Coral consistió en que su gestión debía ser flexible y adaptable, basada en un seguimiento científico permanente de la evolución del ecosistema.

“La flexibilidad era importante, con el fin de hacer frente a los cambios, y guiar la transición al sistema de administración mejorado. Permitía nuevas interacciones y nuevos modos de colaborar con las autoridades. Esa flexibilidad es fundamental para las organizaciones burocráticas”, ha manifestado el Dr. Olsson.

El documento destaca la función de liderazgo y de búsqueda de consenso, y reconoce al organismo de administración de Parque Marino de la Gran Barrera de Coral de Australia, y a su presidenta Virginia Chadwick, por haber buscado y obtenido el apoyo del público, de la industria y de los gobiernos, a todos los niveles, para proporcionar una base ecológica a la gestión del sistema de arrecifes de coral más grande del mundo.
“Nuestro estudio muestra la importancia del liderazgo y de las estrategias para responder a las señales del cambio, antes de que se produzca el colapso del ecosistema”, ha apuntado Olsson.

Un paso crítico en el proceso fue convencer a las comunidades locales que el arrecife se enfrenta a numerosas amenazas, y obtener el apoyo del público para gestionarlo de modo más flexible. Se consiguió mediante una amplia campaña de consulta a la comunidad denominada “El arrecife bajo presión”.

Según Hughes, “en combinación con la reducción de las poblaciones de manatíes, tortugas, tiburones y otros peces, las descargas contaminadas desde tierra, y el impacto del calentamiento global, se hizo evidente para todos que el sistema de gestión original cada vez resultaba menos adecuado , a medida que se incrementaba la presión sobre el arrecife”.

Iniciativas del sistema

Una de las iniciativas más visibles y controvertidas del nuevo régimen de administración fue ampliar el área cerrada a todos los tipos de pesca del 6% al 33% de la superficie total del arrecife, creando la zona sin capturas más grande del mundo.
“El ejemplo de la Gran Barrera de Coral ilustra un cambio en las ideas que va hacia una visión integrada del hombre en la naturaleza, basada en una tutela activa de los sistemas marinos, para el bienestar del hombre”, ha destacado Olsson.

Esta iniciativa contó con el respaldo de la legislación necesaria y los organismos reguladores, y dispuso de un caudal suficiente de información científica sólida para informar a los gestores de modo permanente. El estudio subraya la especial importancia de integrar criterios científicos sólidos con una política acertada.

El informe concluye que las leyes, por sí solas, no pueden traer los cambios necesarios para proteger los ecosistemas de los océanos de la Tierra; también son vitales criterios científicos sólidos, y la participación, la comprensión y el apoyo del público.

“A diferencia del caso de la GBR, la delimitación de zonas marítimas en algunos países se ha visto fuertemente restringida debido a la pobreza, a instituciones inflexibles, a la falta de apoyo por el público, a dificultades en la elaboración de legislación aceptable, y a la falta de resultados incluso después de establecer las zonas. Esas son las barreras críticas que debemos abordar y superar urgentemente”, ha sentenciado Hughes.

Folke ha concluido que “comprender los éxitos y los fracasos en la administración de sistemas marinos es el primer paso para mejorar su capacidad de adaptación y garantizar servicios seguros a los ecosistemas, frente a la incertidumbre y a los cambios rápidos”.

Fuente: SINC
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