La lluvia de ‘estrellas’ de las Gemínidas ha llegado fiel a su cita de diciembre. La noche del 14 al 15 es la de su máxima actividad, y por tanto, el mejor momento para disfrutar de este espectáculo astronómico. Cada hora se podrán observar un centenar de estos brillantes meteoros, que proceden del asteroide o ‘cometa rocoso’ 3200 Faetón.
Son varias las ‘lluvias de estrellas’ que iluminan fugazmente nuestros cielos cada año, fruto de la colisión de pequeños fragmentos de cometas o asteroides con la atmósfera de la Tierra. Las más intensas son las Perseidas, las Cuadrántidas y, sobre todo, las que ocurren ahora: las Gemínidas, que ofrecen del orden de 100 estrellas fugaces o meteoros por hora.
En el año 2015, la actividad de las Gemínidas se produce entre el 4 y el 17 de diciembre, con un máximo sobre las 19:00h (hora peninsular española) de este lunes. En Europa, la noche del 14 al 15 de diciembre –especialmente después de la puesta de sol– será el mejor momento para su observación.
La Luna, que justo sale de su fase nueva, no será un problema en esta ocasión para observar una buena cantidad de meteoros, algunos de ellos realmente brillantes, que surcarán el cielo con una media de uno cada dos minutos. Se recomienda sitarse en un lugar oscuro y con horizontes despejados para detectarlos mejor.
En los dos últimos años el espectáculo de las Gemínidas no ha defraudado a los aficionados, que confían volver a repetir este año. En 2014, con una actividad que puntualmente llegó a superar los 150 meteoros por hora, las Gemínidas se convirtieron en la lluvia más espectacular del año, superando a la Perseidas.
También puede ser un buen momento para retratar el cielo otoñal surcado por estas estrellas fugaces. En 2013 la NASA eligió como una de sus imágenes astronómicas la espectacular fotografía que captaron los astrónomos Juan Carlos Casado y Miquel Serra de las Gemínidas cayendo sobre el Teide, en Canarias.
Composición de la lluvia de estrellas fugaces Gemínidas sobre el volcán Teide. / J.C. Casado/IAC
Estas ‘estrellas fugaces’ son en realidad pequeñas partículas de polvo de distintos tamaños, algunas menores que granos de arena, que van dejando los cometas a lo largo de sus órbitas alrededor del Sol. La corriente de partículas resultante (llamados meteoroides), debido al ‘deshielo’ producido por el calor solar, se dispersa por la órbita del cometa y es atravesada cada año por la Tierra en su órbita alrededor del Sol.
Durante este encuentro, las partículas de polvo se desintegran al entrar a gran velocidad en la atmósfera terrestre, creando los conocidos trazos luminosos que reciben el nombre científico de meteoros. Esto es cierto para la mayoría de lluvias pero no para las Gemínidas, ya que no existe ningún cometa que coincida con la trayectoria de la nube de ‘escombros’.
El origen de las Gemínidas fue un misterio hasta que las sondas solares STEREO de la NASA confirmaron la aparición de una pequeña cola al asteroide 3200 Faetón durante su máximo acercamiento al Sol o perihelio. Era el único objeto que se movía en la misma órbita que la nube de meteoroides causantes de las Gemínidas.
A partir de ese momento, a Faetón 3200 se le conoce como 'cometa rocoso', un asteroide que se acerca mucho al Sol posibilitando así que se forme una cola por rotura de la superficie debido al gradiente de temperatura entre el día y la noche (puede alcanzar los 1.000 K). En el caso de Faetón (nombre que en la mitología griega correspondía al hijo del dios del sol Helios), el perihelio es de solo 21 millones de kilómetros. Por comparar, la distancia mínima de Mercurio al Sol es de 46 millones de kilómetros.
Diversos centros educativos y de investigación participan en la difusión de este evento astronómico, a través de observaciones, actividades educativas como el cálculo de la actividad de la lluvia que organiza Astroaula, y retransmisiones como la que ofrece el portal sky-live.tv.
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