Investigadores españoles relacionan un bajo peso en neonatos con una mayor probabilidad de desarrollar problemas cardiovasculares, así como dificultades a la hora de realizar ejercicio en la edad adulta.
Un nuevo estudio analiza cómo los bebés con un peso inferior al normal tienen mayor probabilidad de sufrir enfermedades cardiovasculares a lo largo de su vida. La investigación, publicada en JAMA Cardiology, ha sido liderada por Fàtima Crispi y Eduard Gratacós, del Servicio de Medicina Maternofetal BCNatal (Hospital Clínic y Hospital Sant Joan de Déu) y del grupo de Medicina fetal y perinatal del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS).
El 10 % de los neonatos que nacen con el peso más bajo tienen más problemas cardiovasculares cuando son adultos. Por ejemplo, poseen hasta tres veces más probabilidades de sufrir un infarto de miocardio, así como mayor riesgo de hipertensión, ictus, diabetes y síndrome metabólico.
El equipo demostró, en trabajos anteriores, que una parte importante del problema es el corazón en sí mismo. “Vimos que los corazones de niños nacidos con bajo peso presentan diferencias en la función y en la estructura, y que estas diferencias que aparecen en la vida fetal se mantenían hasta la adolescencia”, explica el experto.
En la reciente investigación, los científicos han estudiado si estos cambios en la estructura y la función del corazón se mantienen en la edad adulta.
“Es un estudio pionero, que combina técnicas de análisis computerizada muy sofisticadas para analizar la forma del corazón con resonancia magnética con una prueba de esfuerzo”, afirma Marta Sitges, responsable del grupo de imagen cardíaca del IDIBAPS y coautora del estudio.
Reconstrucción del corazón a partir de imágenes de resonancia cardíaca. A la derecha, imagen del corazón de una persona adulta nacida con bajo peso. En rojo se indican las diferencias respecto el corazón de una persona adulta que nació con peso normal. Las diferencias están principalmente en el ventrículo derecho (RV) que es más curvado y tiene una base más ancha. / IDIBAPS
“La resonancia cardíaca demostró que las personas que habían nacido con bajo peso mantenían cambios en la estructura del corazón en la edad adulta. Su ventrículo derecho tenía una forma diferente”, indica Crispi, coordinadora del grupo de Medicina Fetal y Perinatal del IDIBAPS.
Los corazones de niños nacidos con bajo peso presentan diferencias en la función y en la estructura. Estas diferencias que aparecen en la vida fetal se mantienen hasta la adolescencia
Los investigadores han observado que las personas nacidas con bajo peso tienen menos fuerza y se cansan antes que aquellas que nacieron con un peso normal. “Esto no quiere decir que no puedan hacer ejercicio, sino al contrario”, aclara Crispi. “Simplemente, puede que no tengan tanta capacidad como el resto de la población y se cansen antes”.
Además, el estudio muestra que los cambios en el corazón son más marcados en población fumadora, con sobrepeso o sedentaria.
“Esta investigación demuestra de nuevo la importancia de la medicina fetal en la prevención de patologías del adulto. Si identificamos problemas de crecimiento fetal en el embarazo y promovemos hábitos saludables desde la infancia evitaremos las consecuencias que estos pueden conllevar a la edad adulta”, concluye Gratacós.
Referencia:
Crispi F, Rodríguez-López M, Bernardino G, et al. Exercise Capacity in Young Adults Born Small for Gestational Age. JAMA Cardiology 2021. doi:10.1001/jamacardio.2021.2537