Dos investigadores del Hospital de Figueras y de la Universidad Pompeu Fabra han confeccionado el catálogo más grande y completo de los cambios en la actividad génica desencadenados por la respuesta inflamatoria fetal en recién nacidos prematuros extremos. Algunos de los genes afectados están implicados en el desarrollo del cerebro y permiten abrir nuevas hipótesis sobre los mecanismos de daño cerebral en neonatos prematuros.
Un estudio publicado en la edición de abril de Pediatric Research describe la firma molecular más grande conocida hasta la fecha de la respuesta inflamatoria fetal, hallada en el tejido del cordón umbilical de recién nacidos prematuros extremos.
La investigación ha sido llevada a cabo por Daniel Costa, médico pediatra en el Hospital de Figueres, y Robert Castelo, doctor y profesor titular de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) de Barcelona y líder del grupo de Genómica Funcional de la Unidad de Investigación en Informática Biomédica (GRIB, grupo mixto del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas y la Universidad Pompeu Fabra).
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), uno de cada diez recién nacidos es prematuro, es decir, ha nacido antes de completar 37 semanas de gestación, y aquellos que nacen antes de las 28 semanas (alrededor de un 5% de todos los nacimientos prematuros) se consideran prematuros extremos. Gracias a los avances de la medicina perinatal, los recién nacidos prematuros extremos sobreviven cada vez más al parto.
No obstante, a menudo desarrollan enfermedades asociadas a la prematuridad, como el daño cerebral de origen perinatal, que incluye desde el retraso mental hasta la parálisis cerebral.
Concretamente, antes de nacer, alrededor del 30% de estos bebés sufren una infección intraamniótica que desencadena una respuesta inflamatoria del feto, también conocida como la respuesta inflamatoria fetal (FIR en sus siglas en inglés), incrementando su riesgo de enfermedad y muerte.
Aunque esta asociación está bien caracterizada, se conoce poco sobre la extensión de los cambios moleculares que participan en la respuesta inflamatoria fetal y su implicación en las enfermedades del recién nacido prematuro.
Genes con actividad reducida
Para realizar el estudio, Costa y Castelo han comparado la actividad de los genes del cordón umbilical de 18 neonatos prematuros extremos afectados por FIR con los de recién nacidos prematuros extremos sin FIR. Los datos relativos a estos perfiles moleculares y sus registros clínicos fueron cedidos por el proyecto de investigación “Neonatos Prematuros Extremos” (ELGAN, por sus siglas en inglés), un estudio epidemiológico basado en los nacimientos prematuros de 14 hospitales diferentes de EE UU.
Los investigadores han encontrado 3.896 genes cuya actividad varía en los bebés afectados por FIR, de los que 1.097 mostraban como mínimo un 50% de cambio en los recién nacidos prematuros no afectados. Los genes que incrementaron su actividad están principalmente involucrados en la activación del sistema inmune innato y adaptativo y constituyen una valiosa fuente de candidatos potenciales a biomarcadores de FIR.
Por otro lado, los genes cuya actividad se vio reducida están principalmente involucrados en el desarrollo fetal, particularmente del cerebro, y proporcionan pistas sobre posibles mecanismos moleculares que conducen al daño cerebral en recién nacidos prematuros afectados por FIR. Todos estos genes y sus cambios documentados constituyen el catálogo más grande hasta la fecha de cambios asociados a FIR en la actividad de los genes.
Referencia bibliográfica:
D. Costa and R. Castelo. Umbilical cord gene expression reveals the molecular architecture of the fetal inflammatory response in extremely preterm newborns. Pediatric Research, 2016. DOI: 10.1038/pr.2015.233
Esta investigación ha sido posible gracias a las familias y los investigadores que generaron los datos ELGAN, financiados por los National Institutes of Health (NIH) en EE UU, y gracias a una ayuda de investigación del Ministerio de Economía y Competitividad otorgada a Robert Castelo.