Las mujeres posmenopáusicas suelen ser reticentes a comentar sus actitudes y experiencias sexuales con sus médicos. Un nuevo estudio, publicado en el Journal of Sexual Medicine, muestra cómo los antecedentes médicos, socioculturales y étnicos afectan a su actitud ante la menopausia y la sexualidad.
“Queríamos describir la comunicación sobre sexualidad entre médicos y pacientes, y su relación con múltiples factores limitantes extrínsecos”, explica a SINC Camil Castelo-Branco, autor principal del trabajo e investigador del Instituto Clínic de Ginecología, Obstetricia y Neonatología (ICGON) de Barcelona.
La conclusión del estudio, que ha publicado el Journal of Sexual Medicine, es que los datos sobre sexualidad comunicados de forma anónima difieren de los que se extraen de las entrevistas directas con el médico. Por ejemplo, la proporción de mujeres con un bajo interés en la sexualidad es mayor en los cuestionarios anónimos.
Los autores realizaron un estudio cruzado con 2.332 mujeres de edades comprendidas entre los 45 y los 64 años, de todas las comunidades autónomas españolas. Las preguntas relacionadas con la sexualidad se centraron en las relaciones de pareja (sin pareja, pareja estable, pareja ocasional y pareja no convencional) y con la actividad sexual (interés, satisfacción y frecuencia).
“El porcentaje de mujeres que reconoció tener parejas ocasionales o no convencionales en el cuestionario anónimo fue el doble que en las entrevistas clínicas”, afirma Castelo-Brance. En éstas, sólo el 15,2% de las mujeres reconocieron que su sexualidad no era muy importante, comparado con más del 40% de las respuestas al cuestionario anónimo.
La mayor concordancia entre los cuestionarios anónimos y las entrevistas clínicas se da en las mujeres que indicaron no tener ningún tipo de relación sexual (88,07%).
La histerectomía, un factor clave para tener peor sexo
Para determinar el impacto de la sexualidad en la calidad de vida relacionada con la salud (CdVRS), los investigadores administraron la Escala Cervantes, el primer cuestionario de calidad de vida adaptado a la realidad sociocultural y geográfica de la mujer española.
Los resultados muestran que el índice de masa corporal y la distribución de la grasa no se asocian con una mala calidad de vida relacionada con la sexualidad. Sin embargo, “la histerectomía (cirugía para extirpar el útero de una mujer) y el bajo nivel socioeconómico sí que están relacionados significativamente con una peor calidad de vida relacionada en este sentido”, concluye el investigador.
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Referencia bibliográfica:
Camil Castelo-Branco, Santiago Palacios, Javier Ferrer-Barriendos, Xavier Alberich, y el grupo de investigación Cervantes. “Do Patients Lie? An Open Interview vs. a Blind Questionnaire on Sexuality”. Journal of Sexual Medicine 7(2):873–880, febrero de 2010.
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