En Europa la contaminación atmosférica es el mayor riesgo medioambiental individual para la salud. Reduce la esperanza de vida de las personas y contribuye a la aparición de enfermedades graves como afecciones cardíacas, problemas respiratorios y cáncer. Según un nuevo estudio publicado hoy por la Agencia Europea de Medio Ambiente, la contaminación atmosférica fue responsable en 2012 de 524.000 muertes prematuras en Europa. En España la cifra asciende a 32.000.
Los contaminantes que afectan a la salud humana son las partículas en suspensión (PM), el ozono troposférico (O3) y el dióxido de nitrógeno (NO2). Los tres contaminantes fueron responsables de 524.000 muertes prematuras en Europa en 2012, una cifra similar a la estimada en años anteriores, según publica hoy la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA).
En España, la contaminación por PM2.5 provoca 25.500 muertes prematuras, mientras que la exposición a NO2 asciende a 5.900 y la de O3 a 1.800. En Europa, la proporción es similar, la exposición a largo plazo de PM2.5 es responsable de 432.000 muertes prematuras, la de NO2 de 75.000 y la de O3 de 17.000.
El informe, que hace un retrato de la calidad del aire basándose en los datos de estaciones oficiales de vigilancia repartidas por toda Europa, revela que la mayoría de los europeos que habitan las ciudades siguen expuestos a niveles de contaminantes atmosféricos considerados peligrosos por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“A pesar de las mejoras continuas que se han realizado en las últimas décadas, la contaminación atmosférica sigue afectando a la salud general de los europeos, mermando su calidad de vida y su esperanza de vida”, ha afirmado Hans Bruyninckx, director ejecutivo de la AEMA, durante la presentación. El responsable ha añadido que la polución también produce un considerable impacto económico, al aumentar los costes médicos y reducir la productividad por los días de trabajo que se pierden en todos los sectores.
Pero estos contaminantes no solo afectan a la salud humana, también provocan efectos perjudiciales en los ecosistemas. El trabajo constata que en Europa se sigue produciendo eutrofización causada por el amoniaco (NH3) y los óxidos de nitrógeno (NOx), y el O3 sigue dañando a las plantas.
Partículas: Las partículas pequeñas pueden penetrar profundamente en los pulmones y causar o agravar enfermedades cardiovasculares y pulmonares, infartos de miocardio y arritmias. También pueden provocar cáncer. En 2013, el 87% de la población urbana de la Unión Europea (UE) estaba expuesta a concentraciones de PM2.5 que superaban los valores establecidos por la OMS para proteger la salud humana. Si se cumplieran las normas sobre la calidad del aire en Europa las concentraciones medias de PM2,5 disminuirían en una tercera parte, con lo que se conseguirían 144.000 muertes prematuras menos en comparación con la situación actual.
Ozono: La exposición sigue siendo muy elevada. En 2013 el 98% de la población urbana de la UE-28 estuvo expuesta a concentraciones de O3 por encima de los valores establecidos por la OMS. Cerca del 15% estuvo expuesto a concentraciones por encima del valor objetivo (menos estricto) de la UE para el O3. Las concentraciones de ozono también perjudican a los cultivos agrícolas, los bosques y las plantas, al reducir sus tasas de crecimiento y su producción.
Dióxido de nitrógeno: Afecta directamente al sistema respiratorio y contribuye además a la formación de PM y O3. En 2013, el 9% de la población urbana de la UE-28 estuvo expuesta a concentraciones de NO2 por encima de las normas de la OMS y de la UE.
Benzo(a)pireno (BaP): Es un contaminante orgánico que es cancerígeno y que se forma por lo general como consecuencia de la combustión de madera. La exposición a la contaminación por BaP está muy extendida, especialmente en Europa Central y del Este. Una cuarta parte de la población urbana de la UE-28 estuvo expuesta a concentraciones de BaP por encima del valor objetivo en 2013 y hasta el 91% estuvo expuesto a concentraciones por encima del nivel de referencia.
Dióxido de azufre: Las emisiones se han reducido significativamente en las últimas décadas como consecuencia de la legislación de la UE, que exige el uso de tecnología de depuración de emisiones y de combustibles con un menor contenido de azufre. En 2013 solo hubo unas pocas superaciones del valor límite de SO2 en la UE.
Monóxido de carbono, benzeno y metales pesados (arsénico, cadmio, níquel y plomo): Estas concentraciones fueron bajas por lo general en la UE en 2013 y hubo pocas superaciones de los respectivos valores límite y valores objetivo que establece la legislación de la UE.