Beber más de cinco vasos por semana de bebidas azucaradas o edulcoradas, incluidas las bebidas light y los zumos de fruta, aumenta la obesidad abdominal, la hipertensión arterial y los niveles de triglicéridos en sangre, y reduce el colesterol bueno. Son las principales conclusiones de una investigación realizada con 1.868 personas de entre 55 y 80 años con un alto riesgo cardiovascular y publicada en el Journal of Nutrition.
Las personas que consumen más de cinco vasos por semana de bebidas azucaradas y bebidas endulzadas sin azúcar presentan, respectivamente, un 43% y un 74% más riesgo de desarrollar síndrome metabólico que aquellos que toman menos de un vaso a la semana. También se ha demostrado que un consumo elevado de zumos de fruta naturales y envasados aumenta el riesgo de padecer este síndrome con el tiempo.
Son los resultados de una investigación desarrollada por Cíntia Ferreira-Pêgo, bajo el liderazgo de Nancy Babio y Jordi Salas-Salvadó, director de la Unidad de Nutrición Humana de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud, que pertenece a la Universitat Rovira i Virgili, y del Instituto de Investigación Sanitaria Pere i Virgili, e investigador principal de la red CIBERobn del Instituto Carlos III, de la que también forman parte las otras dos expertas.
El trabajo demuestra asimismo que un consumo de más de cinco vasos por semana de cualquiera de estas bebidas aumenta no solo el riesgo de desarrollar síndrome metabólico en su conjunto, sino también de presentar algunos de los componentes de este síndrome.
En el caso de las bebidas azucaradas, su consumo frecuente, de más de cinco vasos a la semana, incrementa un 9% el riesgo de tener hipertensión y también de presentar niveles bajos de colesterol HDL (el llamado colesterol bueno).
En cuanto a las bebidas light o diet y los zumos de fruta naturales, su consumo también se asocia a un mayor riesgo de tener obesidad abdominal.
En comparación con aquellas personas que raramente toman zumos de fruta envasados y bebidas light, las que sí lo hacen, en una cantidad de al menos cinco vasos por semana, tienen más riesgo de tener los triglicéridos en sangre elevados.
Se analizaron los datos de 1.868 participantes de entre 55 y 80 años sin síndrome metabólico al inicio del estudio, pero que presentaban un alto riesgo cardiovascular. Los resultados refuerzan la hipótesis de que las bebidas azucaradas o edulcoradas y los zumos de fruta deben estar en la cúpula de la pirámide nutricional y de que, por tanto, se debe recomendar la reducción de su consumo, ya que beber más de cinco vasos a la semana se asocia con el desarrollo del síndrome metabólico y de las alteraciones que lo acompañan.
Síndrome metabólico
El síndrome metabólico se define como un conjunto de factores de riesgo: obesidad abdominal, hipertensión arterial, niveles bajos de colesterol HDL en sangre y niveles elevados de triglicéridos y de glucosa. Se calcula que una cuarta parte de los adultos de países desarrollados presenta este trastorno. Las personas con síndrome metabólico tienen dos veces más riesgo de morir por un ataque al corazón o una embolia cerebral que aquellas que no lo presentan.
Las bebidas azucaradas tienen un bajo valor nutricional, ya que básicamente aportan grandes cantidades de azúcares u otros edulcorantes.
Durante los últimos años, se ha relacionado el consumo excesivo de este tipo de bebidas con un mayor riesgo de padecer sobrepeso y obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares e, incluso, algunos tipos de cáncer, entre otros.
Sin embargo, aún no había suficiente evidencia científica que relacione el consumo frecuente de este tipo de bebidas con el riesgo de desarrollar un síndrome metabólico.
Por otra parte, pocos estudios han relacionado este síndrome con el consumo de bebidas light o diet, ya que las personas que normalmente ingieren estos productos suelen tener más cuidado de su alimentación. En general, se suele pensar que los zumos de fruta son una opción más saludable, ya que contienen vitaminas y minerales; no obstante, hay pocos estudios que hayan analizado su efecto sobre el metabolismo.
Los datos presentados en este estudio contribuyen a subrayar la importancia de seguir un patrón de consumo de alimentos y de bebidas más cercanos a la dieta mediterránea para evitar la enfermedad. Mientras que beber una cantidad suficiente de agua y vino tinto con moderación son hábitos propios de muchos países mediterráneos, las bebidas azucaradas o edulcoradas no lo son.
Referencia bibliográfica:
Ferreira-Pêgo C, Babio N, Bes-Rastrollo M, Corella D, Estruch R, Ros E, Fitó M, Serra-Majem L, Arós F, Fiol M, Santos-Lozano JM, Muñoz-Bravo C, Pintó X, Ruiz-Canela M, Salas-Salvadó J. Frequent consumption of sugar- and artificially sweetened beverages, and natural and bottled fruit juices is associated with an increased risk of metabolic syndrome in a mediterranean population at high cvd risk. JN 2016 June 29.
El estudio PREDIMED lo han llevado a cabo diferentes equipos investigadores pertenecientes a diversas universidades y hospitales españoles y lo ha financiado mayoritariamente el Instituto de Salud Carlos III.