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Agencia Sinc
Los promedios nacionales ocultan los graves problemas locales

Mapas de gran precisión revelan las carencias de África en educación y nutrición infantil

Las metas de desarrollo en salud y escolarización infantil no se están cumpliendo en el continente africano, pero hay regiones que están aún peor que otras. Con los datos del crecimiento y los logros educativos de niños y niñas en miles de aldeas, un equipo científico ha creado un atlas que detalla las desigualdades dentro de 51 países. Los resultados se publican en la revista Nature, donde Kofi Annan alerta de que los peor parados son las víctimas de guerras y desastres climáticos. La brecha de género también persiste.

Mapas de gran precisión revelan las carencias de África en educación y nutrición infantil
Una enfermera mide el grosor del brazo de un niño con malnutrición. / Albert González / Unamid

En el año 2000 Naciones Unidas acogió la mayor reunión de líderes políticos jamás celebrada. Los 189 estados miembros y las principales instituciones de desarrollo se comprometieron con los Objetivos de Desarrollo del Milenio. El primero de ellos era reducir a la mitad la pobreza extrema y el hambre para 2015, problemas que sufre con especial intensidad el continente africano.

Ahora, investigadores del Institute for Health Metrics and Evaluation (IHME) de la Universidad de Washington, en colaboración con otras instituciones internacionales, han desarrollado mapas de gran precisión que desvelan las disparidades tanto en malnutrición infantil como en educación que afectan a 51 países de África, a pesar de las mejoras generales que se han logrado. Los resultados se plasman en dos estudios publicados en el último número de la revista Nature, que han contado con la financiación de la Fundación Bill y Melinda Gates.

Efectos devastadores de la mala alimentación

La malnutrición puede causar fallos en el crecimiento infantil en forma de atrofia, debilidad y un peso corporal inferior al promedio. Está estrechamente relacionada con la mala salud, un peor desarrollo cerebral y riesgo de muerte prematura. Por otro lado, la educación es otro enfoque de desarrollo clave, que se relaciona con mejoras en el capital humano, la movilidad social, la igualdad de género y la salud para las mujeres y sus hijos.

“Los trabajos anteriores para rastrear estos factores se habían centrado solo en las tendencias a escala nacional, enmascarando la variaciones locales, que como demuestran ambos estudios, resultan muy marcadas”, señalan los autores.

En África subsahariana se ha reducido la desnutrición, pero persisten grandes disparidades dentro de cada país

El equipo liderado por Simon Hay, del IHME, recopiló datos de encuestas y censos sobre logros educativos individuales, así como la edad, estatura y peso de niños de miles de aldeas. Luego utilizó una técnica de modelado geoespacial para combinar estos datos con información del clima local y la geografía, con el fin de extrapolar valores de regiones donde faltaba información. “Con todo ello –dice Hay– hemos elaborado una serie de mapas con una escala de 5 km por 5 km de detalle, que muestran los cambios en el crecimiento infantil y el logro educativo en África entre los años 2000 y 2015”.

Los mapas revelan que la mayoría de los países del continente, especialmente gran parte del África subsahariana –en las regiones oriental y meridional– han reducido la desnutrición durante los quince años estudiados. Sin embargo, persisten grandes desigualdades regionales dentro de cada país.

Probabilidad de que el logro educativo masculino sea mayor que el femenino en franjas de edad de 15 a 49 años en 2015. / IHME

Sahel, Chad y Somalia, los peores situados

Según denuncia Kofi Annan, presidente de la fundación que lleva su nombre y exsecretario general de Naciones Unidas, en un artículo de opinión que se publica en el mismo número de Nature, “los mapas muestran que estas disparidades son obvias en áreas afectadas por conflictos. Hay pueblos donde todos los niños son demasiado bajos para su edad. Por ejemplo, en la mayor parte del Sahel, una franja de tierra semiárida del Atlántico al Mar Rojo, persisten altas tasas de retraso del crecimiento infantil, sin atisbo de mejora”, subraya.

Ningún país en el continente africano cumplirá el objetivo de las Naciones Unidas de acabar con la malnutrición para el 2030

Nature saca en portada las investigaciones sobre las disparidades en el desarrollo en África. / Nature

De hecho, “estas inequidades son un claro recordatorio de que los promedios nacionales no cuentan la historia completa –añade–. En Kenia, por ejemplo, las tasas de atrofia en niños menores de cinco años estaban por debajo del 6% en la media nacional en 2015, pero en ciertas regiones, plagadas por varios años de escasas lluvias, malas cosechas y brotes de enfermedades, los niveles estimados de atrofia alcanzan hasta el 28%”.

El exsecretario general destaca además que, según los datos expuestos, “Chad tiene áreas de retraso en el crecimiento que superan el 50%, a pesar de un promedio nacional de alrededor del 37%”. Este país destaca en los mapas como uno de los países que, junto a Somalia, han progresado menos tanto en nutrición como en educación. Ambas naciones han recibido menos asistencia internacional para la mejora de la salud infantil que otros del continente y han experimentado conflictos prolongados.

Muchas áreas de África deberían cumplir con los objetivos de nutrición infantil de la Organización Mundial de la Salud para 2025, pero tal y como revelan los nuevos estudios, al ritmo actual de progreso ningún país en el continente cumplirá el objetivo de las Naciones Unidas de acabar con la malnutrición para el año 2030.

En Chad los hombres reciben entre cinco y seis años más de educación que las mujeres

Del mismo modo, el mapeo revela que a pesar del progreso general en educación de 2000 a 2015, persisten también grandes inequidades y fallos en el cumplimiento de objetivos en todo el continente, particularmente en el Sahel.

La brecha de la educación

Además, la desigualdad de género en la educación sigue siendo común en toda África central y occidental; en el estado de Kabia en Chad, por ejemplo, los hombres suelen recibir de cinco a seis años más de educación que las mujeres.

Kofi Annan resalta en su artículo que “los mapas muestran tanto el progreso en el tiempo como las obstinadas disparidades. Este tipo de información puede mostrarle a los Gobiernos y agencias internacionales dónde dirigir programas y recursos. Una visión tan detallada trae consigo una tremenda responsabilidad para actuar", concluye.

Referencia bibliográfica:

Simon Hay et al. “Mapping child growth failure in Africa between 2000 and 2015”. Nature ( 28 febrero, 2018) DOI: 10.1038/nature25760

Simon Hay et alMapping local variation in educational attainment across Africa”. Nature ( 28 febrero, 2018) DOI: 10.1038/nature25761

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons
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