Una excavación arqueológica realizada cerca de Pulborough (oeste de Sussex, Inglaterra) arroja nueva luz sobre la vida de los últimos neandertales del Norte de Europa. Según el descubrimiento, formaron una población sofisticada que dominaba su entorno y las materias primas naturales gracias a una tecnología floreciente y en desarrollo. Además, no eran comunidades al límite de la extinción como se pensaba.
El equipo, dirigido por el doctor de Arqueología del Suroeste del UCL Institute of Archaeology, Matthew Pope, y Caroline Wells de la Sussex Archaeological Society, y financiado por el English Heritage, está llevando a cabo la primera investigación científica moderna en el yacimiento desde su descubrimiento en 1900. Durante la construcción de una casa monumental conocida como ‘Beedings’ se extrajeron aproximadamente 2.300 herramientas de piedra perfectamente conservadas de grietas encontradas en las zanjas de cimentación.
“Las herramientas que hemos encontrado son tecnológicamente avanzadas, y posiblemente más antiguas que herramientas halladas en Gran Bretaña pertenecientes a nuestra propia especie, Homo sapiens”, declara Matthew Pope. “Es emocionante pensar que existe la posibilidad real de que estas herramientas fueran abandonadas por los últimos grupos de cazadores neandertales que ocuparon el Norte de Europa. Nos proporcionan información sobre una población que dominaba completamente el entorno y las materias primas naturales, dotada de una tecnología floreciente y no individuos al borde de la extinción”, añade el investigador.
Sólo recientemente se ha reconocido la importancia de esas herramientas. El estudio que se publica ahora realizado por Roger Jacobi del proyecto Ancient Human Occupation of Britain (AHOB), financiado por Leverhulme, muestra de modo concluyente que el material de ‘Beedings’ revela una gran afinidad con otras herramientas procedentes del Norte de Europa, con una antigüedad de 35.000 a 42.000 años. La colección de herramientas de ‘Beedings’ presenta mayor diversidad y extensión que cualquier otra hallada en la región, y por ello ofrece una nueva visión de las culturas tecnológicamente avanzadas que ocuparon el Norte de Europa, antes de la aparición de los Homo Sapiens.
“La excepcional colección de herramientas representa aparentemente el equipo de caza de poblaciones neandertales que están a unos pocos milenios de la extinción completa en la región. A diferencia de herramientas de neandertales típicas más antiguas, éstas están fabricadas con hojas largas y rectas, que a su vez se transformaban en diversos útiles para al trabajo del hueso y de la piel, así como letales puntas de flecha”, explica Pope.
Aunque existían dudas acerca de la validez de los hallazgos, las excavaciones han demostrado que el material descubierto es auténtico y que procede de grietas en la roca arenisca local. “Los cazadores neandertales fueron atraídos hacia la colina durante un periodo de tiempo prolongado, probablemente por el excelente punto de observación que ofrecía para la caza de las manadas que pastaban en la llanura situada bajo la cresta”, aclara Pope.
Hacia la búsqueda de más yacimientos
Las excavaciones sugieren que pueden existir otros yacimientos como este. Se cree que existen emplazamientos con sistemas de fisuras análogos en todo el suroeste de Inglaterra. El proyecto pretende ahora realizar excavaciones más amplias en la región para buscar yacimientos similares.
“Yacimientos como éste son extremadamente escasos y constituyen un recurso arqueológico relativamente poco considerado. Sus restos marcan un hito clave en la historia de la evolución en el Norte de Europa. Las herramientas de Beedings podrían igualmente ser la firma de poblaciones de pioneros de los humanos modernos, o restos de los últimos grupos de cazadores neandertales que ocuparon la región”, apunta el responsable de la Comisión de Entorno Histórico del English Heritage, Barney Sloane. Este estudio ofrece, además, “la posibilidad de responder a algunas preguntas cruciales sobre del verdadero nivel tecnológico de los neandertales y de compararlos con nuestra especie”, añade el investigador.
El proyecto, que ha funcionado con apoyo de los propietarios locales desde febrero de 2008, ha permitido colaborar con el Proyecto Boxgrove y la Worthing Archaeological Society.