Los mamíferos pueden ver y oír en estéreo, ¿pero también oler? Un nuevo estudio prueba que los topos, mediante los orificios de la nariz, reciben señales bilaterales esenciales para detectar y localizar los olores.
La mayoría de los mamíferos, incluidos los humanos, ven y oyen en estéreo. Pero existe una larga controversia científica sobre si también pueden oler en estéreo.
Investigaciones científicas recientes han demostrado que animales como las ratas pueden seguir un rastro de olor de forma eficiente, pero que esa capacidad se ve mermada cuando una de sus fosas nasales está taponada. Sin embargo, hay todavía poca información sobre la importancia de estas para localizar los estímulos relacionados con el sistema olfativo.
Ahora, un estudio de la Universidad de Vanderbilt, en Tennessee (EE UU), ha analizado esta circunstancia en el olfato de los topos ciegos de América del este –de la especie Scalopus aquaticus– y ha descubierto que las señales bilaterales que reciben por sus orificios de la nariz son imprescindibles para localizar la comida y los estímulos olfativos, un proceso complicado cuando están taponados.
“Los topos de América del este tienen unos órganos mecanorreceptores menos eficaces en comparación con otros topos, sus pequeños ojos están escondidos bajo la piel y cuentan con unas diminutas orejas”, explica el estudio, que se publica en Nature Communications.
Con estas características, cabría esperar que tuvieran mayores dificultades para localizar sus presas en comparación a otras clases de topo. Sin embargo, tienen la habilidad de moverse rápidamente y de forma directa hacia su presa.
Para estudiar esa capacidad y conocer el papel de las fosas nasales en la localización del alimento, los autores del trabajo observaron el comportamiento de estos mamíferos en dos localizaciones diferentes: una cámara experimental y un túnel que simula el espacio subterráneo donde habitan.
Taponar sus orificios para ver la reacción
En primer lugar, observaron lo que sucedía si taponaban una de las fosas nasales de los topos, la derecha o la izquierda, con un tubo de plástico, e hicieron una comparación respecto a cuando los dos orificios estaban destaponados.
“De todas las pruebas que hicimos, en el 70% de ellas los topos se dirigieron primero hacia el área de la fosa nasal destapada, tanto en la cámara como en el túnel”, explican los investigadores. Sin embargo, incluso así los animales pudieron localizar la comida, aunque necesitaron más tiempo que cuando sus agujeros no estaban tapados.
A continuación decidieron obstruir ambas fosas para observar qué sucedía. “Cuando ambos agujeros de la nariz estaban taponados, los animales se movieron hacia adelante y hacia atrás en busca del estímulo, pero finalmente no lo encontraron ni lograron alcanzar la comida”, señala el estudio.
Una vez más, esta observación se produjo en las dos localizaciones creadas por los científicos.
Los investigadores aseguran que este descubrimiento explica cómo la integración de señales bilaterales, tan importantes en los sistemas visual y auditivo, se produce también en el sistema olfativo para localizar la procedencia de los estímulos
Referencia bibliográfica:
Kenneth C. Catania. “Stereo and serial sniffing guide navigation to an odour source in a mammal”. Nature Communications. DOI: 10.1038/ncomms2444. 5 de febrero de 2013.