Científicos canarios han recopilado datos de los hurones asilvestrados en La Palma, y de los daños que provocan en el ecosistema para confirmar que la isla es la que mayor número de animales naturalizados tiene en el archipiélago. El gobierno canario permite la caza de conejos con hurones, una práctica antigua y común que tiene sus inconvenientes cuando los hurones escapan o quedan en libertad.
En Canarias se mantienen en cautividad más de 20.000 hurones (Mustela furo), y el número de licencias de caza en 2007 era de 9.552. La Palma es la isla que menos licencias de hurones tiene (531) en el archipiélago. Sin embargo, “el número de animales naturalizados es muy superior al esperado”, apunta a SINC Félix M. Medina, autor principal del estudio e investigador en la Consejería de Medio Ambiente del Cabildo Insular de La Palma.
En el estudio, realizado en colaboración con la Universidad de La Laguna y publicado recientemente en la revista Oryx, los investigadores recopilan todos los análisis hechos en las islas Canarias y aportan 45 nuevas observaciones –realizadas entre 1998 y 2007- de hurones asilvestrados, vivos o muertos, de 28 localidades de la isla de La Palma.
En la actualidad, “la especie aparece distribuida ampliamente en el norte de la isla, con una población aparentemente aislada en el centro”, describe el científico.
Después de observar en 2007 a una pareja con tres crías, Félix M. Medina confirma ahora la reproducción de estos animales en el medio natural. La investigación también demuestra que la abundancia y la distribución de los hurones están “en relación directa con la disponibilidad de estas presas, así como con la disponibilidad de otro tipo de alimento y cobijo como la que encuentran en las zonas rurales y cultivadas de La Palma”.
El equipo realizó las observaciones en zonas boscosas de pinar canario o monteverde, y en áreas cultivadas y rurales, “lo que concuerda con el comportamiento generalista de los hurones, porque en estas áreas los conejos (Oryctolagus cuniculus) son muy abundantes”, aclara el investigador.
Entre enero y abril de 2006, los científicos realizaron un control preliminar de hurones asilvestrados debido a los daños que estaban causando en algunas granjas. Colocaron 36 trampas de captura en vivo en Las Tricias, al suroeste de La Palma. Entre agosto y noviembre de aquel año, se colocaron trampas en otras localidades y, en total, se capturaron 10 ejemplares.
Efectos negativos en la fauna
Aunque los científicos señalan que “de momento se desconoce el efecto de los hurones asilvestrados sobre la fauna nativa de la isla”, es probable que pueda afectar “negativamente “a diversas especies de aves que crían en el suelo. Es el caso de la paloma rabiche (Columba junoniae) y la chocha perdiz (Scolopax rusticola). Los hurones podrían cazar también las subespecies de lagartos endémicos Gallotia galloti palmae.
“Hace falta una mayor concienciación de los poderes públicos ante el problema, reforzar la ley, controlar y penalizar el uso de hurones sin zálamo, además de realizar campañas de divulgación, sobre todo entre los cazadores, que permitan reducir la amenaza sobre las especies nativas”, asegura Medina.
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Referencia bibliográfica:
Medina, Félix M.; Martín, Aurelio. “A new invasive species in the Canary Islands: a naturalized population of ferrets Mustela furo in La Palma Biosphere Reserve” Oryx 44(1): 41-44 enero de 2010.
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