Los resultados se han publicado en ‘Journal of Zoology’

Los grandes felinos necesitan hasta siete tipos de presas para cubrir su dieta

Ante los estudios que afirmaban que los grandes predadores como los tigres, leones y linces cubren sus necesidades alimenticias con una o dos presas, científicos de la Universidad de Málaga aseguran ahora que los felinos necesitan de 5 a 7 tipos de presas diferentes para cubrir su dieta, aunque estén más especializados anatómicamente que los cánidos (lobos, perros…) que con tres presas cubren el 100% de la biomasa ingerida. Este estudio añade nuevas claves sobre la paleoecología de grandes predadores del pasado, como los tigres dientes de sable.

Los grandes felinos necesitan hasta siete tipos de presas para cubrir su dieta
Un tigre dientes de sable (Megantereon) persigue a un caballo. Ilustración: SINC / Mauricio Antón.

El objetivo principal de este estudio, elaborado por Juan Antonio Pérez-Claros y Paul Palmqvist, investigadores de la Universidad de Málaga, ha sido cuantificar un promedio del número de presas necesarias para cubrir la dieta de un gran predador mamífero. “Aunque los grandes predadores (básicamente félidos y cánidos) han sido objeto de numerosos estudios, todavía no se habían concretado cifras al respecto”, explica a SINC Pérez-Claros.

Estudios macroecológicos habían llegado al consenso de que el número de tipos de presas de estos predadores no sería muy elevado. Sin embargo, el estudio, que ha aparecido recientemente en Journal of Zoology, demuestra que sólo en los cánidos hipercarnívoros (lobos y otras especies relacionadas con los perros) tienen una dieta con tres tipos de presas.

La novedad del estudio reside en la confirmación de que los grandes felinos, como los leones y los leopardos, necesitan “de 5 a 7 presas para recoger el grueso de su dieta”, señala el investigador. Para Pérez-Claros y su compañero fue una sorpresa descubrir que “sólo en el caso de los cánidos hipercarnívoros se cumple la ingesta de tres presas para completar casi el total de lo que comen estos mamíferos”.

Según publica el estudio, la contribución dietética de las presas de los cánidos, en términos de biomasa, es igual o superior al 55% para la primera presa, 20% para la segunda y 10% para la tercera. En cambio, los félidos necesitan más presas, aunque existen excepciones con el guepardo o el lince ibérico que concentran mucha biomasa ingerida en pocos tipos de presas.

Una paradoja científica

Esto lleva a una paradoja: a pesar de que los cánidos poseen características del esqueleto cráneo-dental menos especializadas que los felinos, sus poblaciones están más especializadas ecológicamente que los felinos.

Los cánidos son más omnívoros (pueden consumir más presas invertebradas y fruta) que los félidos, ya que, incluso los hipercarnívoros siguen teniendo una dentadura carnívora original de 42 dientes permanentes, y molares que permiten comer comida más variada.

Los félidos, por su parte, tienen una dentadura reducida de sólo 30 dientes permanentes y está mucho más especializada que la de los cánidos para matar con sus caninos y cortar carne con sus piezas carniceras. El estudio contrasta la especialización morfológica de los felinos con una especialización ecológica acusada en los cánidos.

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores han analizado cientos de publicaciones donde se puede inferir la biomasa que toman diversos predadores de diferentes presas (tigre, león, leopardo, pantera de las nieves, guepardo, puma, jaguar, lince europeo e ibérico, lobo, licaón, cuón, zorro vinagre y lobo de Etiopía).

“En general la biomasa ha sido cuantificada mediante el análisis de los restos de pelos o hueso en las heces puesto que rinden resultados más precisos que a partir de las observaciones de las cacerías”, destaca el científico.

Análisis biológico de la dieta

El objetivo último de los investigadores era cuantificar la contribución de diversas fuentes a la dieta de un organismo a través de los isótopos estables aplicados a la paleoecología. En el caso de un predador, esas fuentes son las presas, dado que los cuerpos de los organismos se construyen a partir de lo que comen. “Como cada presa tiene, en general, una composición isotópica particular es posible determinar cómo contribuyen a la dieta de un predador. Para ello, analizamos los isótopos estables de carbono y nitrógeno en los huesos de los predadores y presas preservados en los mismos yacimientos”, señala Pérez-Claros.

Sin embargo, dos isótopos sólo precisan la contribución de tres presas a la dieta de un predador. Por esa razón, los científicos tuvieron que confirmar que en los cánidos y félidos actuales la diferencia entre el número de presas que contribuyen a su dieta era “una hipótesis asumible”.

Los resultados permiten concluir, además, que los félidos extintos probablemente requirieron de un mayor número de presas para alimentarse, ya que el registro fósil muestra una mayor diversidad de presas potenciales entre las que elegir durante el Plio-Pleistoceno.

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Referencia bibliográfica:

Pérez-Claros JA; Palmqvist P. “How many potential prey species account for the bulk of the diet of mammalian predators? Implications for stable isotope paleodietary analyses”. Journal of Zoology 275(1): 9-17 MAYO 2008

Fuente: SINC
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