Médicos, investigadores y pacientes piden que se apueste por un plan integral para enfrentarse a la hepatitis C, una enfermedad sobre la que falta información, a pesar de afectar a 150 millones de personas en el mundo y matar a 350.000 al año. En España, solo el 10% de los pacientes tiene acceso al tratamiento curativo aprobado en diciembre de 2011.
La revista londinense The Economist desarrolló en 2012, con el patrocinio de la farmacéutica Janssen, un informe titulado ‘La pandemia silenciosa: cómo afrontar la hepatitis C con una política innovadora’. Hoy el estudio se ha presentado en Madrid durante una jornada en la que médicos, investigadores, autoridades y representantes de pacientes han profundizado en el tema.
Reclaman una acción coordinada para luchar contra esta desconocida enfermedad que, siendo prevenible y curable, afecta a 150 millones de personas en todo el mundo y mata a 350.000 mueren al año por este virus –86.000 en Europa–. Solamente el 10% de los afectados recibe tratamiento, con grandes diferencias entre países.
“Es un problema de salud mundial, pero también un problema del día a día”, explica José Luis Calleja, especialista en hepatología del Hospital Puerta de Hierro. Según el médico, existe una falta de información y conciencia social, pero también hay un desconocimiento por parte de los especialistas de atención primaria, que en muchas ocasiones le quitan importancia a la enfermedad.
“Necesitamos una acción coordinada, que incluya desde la educación infantil hasta los médicos especialistas –explica Calleja–. Hay que incluir planes de información de la sociedad y los pacientes y formación de los agentes sanitarios”.
Además, aunque hay nuevos tratamientos como el producido por la propia farmacéutica Janssen, el acceso a ellos está muy limitado. En diciembre de 2011 fue aprobado en España un nuevo fármaco que curaba a los pacientes de hepatitis C. Pero la realidad es que, en la mayoría de los casos, al final los hospitales no pueden administrar el tratamiento por falta de fondos.
“Es un tratamiento caro y en este momento no es una decisión fácil de tomar para la Administración. El presupuesto se ha congelado y ahora, para poner algo, hay que quitar algo”, explica Rafael Bengoa, exconsejero de sanidad del País Vasco. Bengoa, que apuesta por una optimización en el sistema de salud para ahorrar un dinero que se pueda gastar en nuevos tratamientos, cree que “esto nos va a ocurrir con más fármacos”.
El tratamiento cura el 70% de los casos, y su precio es de 27.000 a 30.000 euros al año, pero la mayoría de los pacientes solo necesitan tomarlo durante seis meses. “Es una inversión más que un gasto”, asegura Calleja, que recalca que el coste de seguimiento de un paciente cronificado es mucho mayor y, además, tiene muchas posibilidades de llegar a necesitar un trasplante de hígado (150.000 euros) o sufrir un cáncer.
Una enfermedad silenciosa
El que sea una enfermedad sin síntomas hasta estar avanzada y estigmatizada socialmente por ir en muchos casos unida al consumo de drogas, intensifica el problema. “El 87% de los pacientes no sabía lo que era la hepatitis C antes de ser diagnosticado”, remarca Calleja.
El informe de The Economist propone, como los especialistas españoles, desarrollar una estrategia integral, que tenga en cuenta las necesidades y recursos de cada país, para abordar este urgente problema.
Poniendo como modelo el plan ya aplicado en Escocia, el estudio propone programas de información de sociedad y profesionales, acciones de concienciación de la población y acciones preventivas adecuadas a cada país.
Referencia bibliográfica
Economist Intelligence Unit. 2012. “The Silent Pandemic: Tackling Hepatitis C with Policy Innovation.