A pesar de que no se ha producido la pandemia mundial de gripe aviaria que algunos científicos habían pronosticado hace pocos años, los expertos no descartan aún que el virus pueda mutar para adaptarse al hombre y transmitirse de persona a persona, aunque lo más probable es que si esto se produce el propio virus se debilite en el proceso. Así lo han explicado hoy varios expertos internacionales en Salamanca, donde ha comenzado el II Encuentro en Enfermedades Infecciosas, una cita en la que los especialistas analizarán los sistemas de vigilancia epidemiológica que en todo el mundo permiten combatir estas patologías.
"La pandemia de la gripe aviar no ha ocurrido todavía, pero sigue existiendo la posibilidad de que surja un nuevo virus, por ello, los médicos y los sistemas de salud pública tenemos que estar preparados si esa eventualidad se produce en un momento dado", ha señalado en declaraciones recogidas por DiCYT el especialista británico Robert George, director del Respiratory and Systemic Infections Department del Centre for Infections de Londres. "Necesitamos sistemas de vigilancia eficaces para contar con la advertencia más precoz y que el resultado sea una reducida enfermedad y mortalidad".
Para la gripe común existen unos sistemas de vigilancia muy desarrollados en todos los países, según ha explicado Juan José Picazo, presidente de la Fundación para el Estudio de la Infección (FEI), entidad organizadora de este encuentro junto con la Junta de Castilla y León. "En España, existen los laboratorios centinela, que están atentos a la evolución de nuevos virus, y uno de ellos está en Valladolid, con un nivel internacional excelente", ha destacado. "Esto es muy importante porque el virus cambia su estructura anualmente y ese cambio obliga a realizar una nueva vacuna que nos defienda del nuevo virus", ha recordado, en referencia a la gripe común, aunque este hecho también es aplicable a la gripe de las aves.
"Gracias a los sistemas de vigilancia internacionales se ha podido detectar la gripe aviaria. En principio, sólo se ha transmitido de ave a hombre, no de persona a persona. Pero, si se produce una pandemia, podremos conocer la estructura de ese virus y podremos fabricar una vacuna", apunta Picazo. "El virus se acabará adaptando al hombre y en esa adaptación va a adquirir cambios que le harán perder efectividad. En este momento, existen sistemas en todo el mundo que detectan la presencia del virus y permiten conocer esos cambios", añade el experto.
"El virus tiene que adaptarse al hombre y esa adaptación no es sencilla, a pesar de que los microorganismos lo consiguen en casi todas las situaciones, porque se multiplican a gran velocidad", ha comentado el presidente de la FEI, quien ha explicado que una bacteria se multiplica por dos cada hora. "Esto hace que tengan mutaciones que podríamos llamar equivocaciones, y que en la mayoría de los casos no permiten su vida, y en otros sí, pero con un cambio que puede suponer una ventaja de adaptación al hombre o a los animales", agrega.
El cerdo como intermediario
Para que esta adaptación tenga lugar, los científicos creen que puede haber organismos intermediarios entre el hombre y las aves. "El cerdo puede ser un medio de transmisión, ya que se puede infectar por el virus de las aves y por el humano. Al combinarse los dos tipos en el mismo animal puede producirse una recombinación que dé lugar a un nuevo virus que afecte al hombre pero con las características de la gripe aviar. Esto no se ha producido de momento, pero hay que estar atentos para que, en el momento en que se produzca, podamos combatirlo con una vacuna eficaz", afirma Picazo.
En cualquier caso, los expertos consideran que la situación está lejos de ser alarmante. Así, la estadounidense Chris van Beneden, directora de un sistema de vigilancia denomimado ABC y perteneciente a los Centres for Disease Control and Prevention (CDC), considera que "algunas pandemias potenciales como la de la gripe aviar causan un gran pánico, pero es más importante estar preparados para detectar bacterias y virus más frecuentes y que causan una gran mortalidad en la actualidad". En su opinión, "tanto en las enfermedades comunes como en las pandemias, el comunicar y compartir aquello que se aprende de los sistemas de vigilancia entre todos los países del mundo es muy importante".
Ejemplos de vigilancia
El ABC es un programa de infecciones emergentes que se realiza en colaboración entre los centros CDC, administración y centros académicos y de investigación de Estados Unidos. Una serie de laboratorios realizan una "labor de seguimiento de seis patógenos bacterianos que rastreamos desde hace 10 años y se basa en la identificación de bacterias", ha apuntado la experta. "Utilizamos estos datos para estimar la carga de una enfermedad en el país, identificar los factores de riesgo para las infecciones, lograr el desarrollo de las vacunas y, finalmente, evaluar esas intervenciones en forma de vacunas en la salud pública", explica.
Sin embargo, los expertos coinciden en señalar que uno de los sistemas de vigilancia epidemiológica en enfermedades infecciosas es el del Reino Unido, que no sólo se basa en análisis de laboratorio, sino también en la obligación legal de notificar determinadas enfermedades, la extracción de datos automatizada, los sistemas de control de laboratorios de médicos individuales y un sistema de llamadas por teléfono de personas que solicitan ayuda. "Pensamos que tenemos sistemas de vigilancias buenos, pero siempre hay lugar para aprender compartiendo experiencias con otros", apunta Robert George, que destaca especialmente que la vigilancia ha funcionado en la valoración de la vacuna conjugada contra el neumococo, que está haciendo "una aportación tan importante a la salud en todo el mundo".