Invertir en energías renovables, en el transporte sostenible, y en una agricultura respetuosa con los bosques y la naturaleza son retos esenciales para lograr reducir la pobreza en el mundo. Así lo confirma el resumen para dirigentes políticos sobre Economía verde y Objetivos del Milenio presentado ayer en Nueva York (EE UU) por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP, en sus siglas en inglés). El trabajo forma parte de una publicación más amplia que se presentará a principios de 2011.
“Si la tendencia actual se mantiene, es probable que no alcancemos todos los Objetivos del Milenio de aquí a 2015. En parte se debe a que proponemos respuestas del siglo XX a los desafíos del siglo XXI”, ha explicado Achim Steiner, secretario general adjunto de Naciones Unidas y director ejecutivo de UNEP.
El estudio de la UNEP, que forma parte de una serie de memorias que se recogerán en una publicación en 2011, demuestra que la solución para combatir el hambre y las enfermedades en el mundo pasa por mejorar la situación medioambiental: la degradación del medio ambiente complica la salud de los niños y el abastecimiento de agua potable necesaria para combatir el hambre y las enfermedades.
“Es cada vez más evidente que una transición rápida hacia una economía verde, pobre en carbono, respetuosa y generadora de empleos, permite no sólo resolver los desafíos de la durabilidad del siglo XXI, sino también contribuir a lograr los otros objetivos del Milenio”, ha declarado Steiner.
El informe Economía Verde y Objetivos del Milenio aporta varios ejemplos de estrategias ecológicas acordes con los ocho Objetivos del Milenio para el Desarrollo. El trabajo resalta la política energética entre 2006 y 2010 de China, hoy el segundo productor mundial de energía eólica, que ha permitido un aumento rápido de las infraestructuras y de la producción de energía renovables.
Otro ejemplo en Asia: entre 2000 y 2005 , la superficie de bosques aumentó en Nepal de 1,3%, la calidad de los suelos y las reservas de agua son preservadas en buenas condiciones y el número de empleos locales ha aumentado, según el informe.
“Nuestra tarea fundamental para el siglo XXI es asegurar un modo de vida seguro y durable a una población mundial que, en las próximas cuatro décadas, aumentará un tercio. Es esta declaración lo que llevó a los jefes de Estado a adoptar los ocho Objetivos del Milenio”, ha constatado Steiner.
Sostenibilidad a la orden del día
Según el informe, los bienes y servicios medioambientales, fundamento de la economía general y de los objetivos del Milenio para la población pobre, disminuyen rápidamente.
“La economía verde tiene una nueva mirada sobre los desafíos, y arroja luz sobre las posibilidades económicas y sociales poco costosas que permiten la inversión y reinversión en los sistemas modernos de tecnología limpia y la gestión de recursos naturales de la infraestructura ecológica del planeta”, añade el director de la UNEP.
El trabajo pone ejemplos como los arrecifes de coral en el Mar Caribe, que han disminuido un 80%, y los manglares mundiales, que en los últimos 20 años han desaparecido en un 30% . Estos dos ecosistemas son defensas costeras y aportan a las comunidades locales un ambiente vital agradable y también ingresos económicos por el turismo. La defensa de estos ecosistemas también responde al primer Objetivo del hambre en el mundo porque aseguran la presencia de peces, principal fuente de proteínas para un millón de personas.