Las plagas de langosta se podrían detectar por satélite

La temperatura, la humedad del suelo y la vegetación determinan la posibilidad de que aparezca una plaga de langosta, pero estos factores no se monitorizan en las áreas donde se producen. Esto se debe a su complejidad y a que las plagas se originan en grandes áreas de terreno, principalmente en Mauritania, zonas al sudeste de Marruecos y Sahara y en Mali, y también pueden extenderse hasta otras zonas como Egipto e incluso al sureste de la península Ibérica. Por eso, en la Universidad de Valladolid se han propuesto controlarlas por teledetección.

Estas plagas, que se originan en grandes extensiones del norte de África, son devastadoras para los cultivos.
Imagen de satélite que muestra la temperatura del suelo. FOTO: Latuv/DICYT

Con el objetivo de monitorizar los factores que afectan a la reproducción, desarrollo y expansión de plagas de langosta, el Laboratorio de Teledetección (Latuv) de la Universidad de Valladolid trabaja en un novedoso proyecto. “Mediante técnicas de teledetección se puede conocer y evaluar la extensión y el impacto de este problema. Para ello es necesaria una vigilancia permanente de las áreas de desarrollo y detectar la presencia de condiciones propicias para la aparición de los enjambres y, posteriormente, un control de su evolución espacio-temporal”, detalla a DiCYT el director del Latuv, José Luis Casanova.

Existen varios satélites a través de cuyas imágenes se pueden medir los parámetros de temperatura del suelo y vegetación existente en zonas de difícil acceso. Además, subraya el experto, “mediante satélites meteorológicos se puede incluso conocer la lluvia que se produce en cada zona”. Conocer la temperatura del suelo, la humedad y la cantidad de vegetación proporciona entonces “una posición privilegiada para desarrollar algoritmos de predicción y seguimiento de la langosta que puedan servir para tomar precauciones, controlarla y reducir los problemas que habitualmente causan este tipo de sucesos”.

Su enjambre las delatará

La langosta es un insecto “excepcional”. “Si la temperatura no sube sabemos donde puede nacer, porque vigilamos la temperatura del suelo, y si detectamos la lluvia, la combinación temperatura y lluvia puede detectar que ahí hay un nido”. Los insectos se desarrollan muy rápido y si empiezan a comerse la vegetación, aunque sea de forma dispersa, se comprueba mediante teledetección que la vegetación baja. Asimismo, se analizan los vientos y la posibilidad de que la langosta forme un devastador enjambre.

“Las langostas primero están sueltas, pero en el momento en que por condiciones de humedad, temperatura y lluvia pueden formar un enjambre, creemos que se puede localizar por teledetección. Esto es muy importante, porque el enjambre es una nube de insectos que allá donde va no deja nada”, insiste el investigador.

Un problema grave

La langosta es un insecto ortóptero de la familia de los acrídicos que se caracteriza por poseer una gran facilidad para migrar y reproducirse rápidamente, de manera que puede formar devastadoras plagas capaces de destruir cultivos y vegetación de grandes extensiones. En países como Mauritania, las condiciones climáticas favorecen su proliferación y año tras año se producen enfermedades de este tipo. “En esos países todos los años se produce langosta, el problema es que en algunos años llueve algo más y hay tanta langosta que forma enjambres enormes y se come todo lo que encuentra a su paso”, advierte el director del Latuv.

Algunos años las langostas incluso han llegado a España causando problemas también en Castilla y León, lo que se debe a las corrientes ascensionales. “Cuando hace mucho calor se dejan subir y pueden llegar hasta 3.000 metros de altura, de forma que el viento les arrastra y planeando pueden llegar muy lejos”, apunta el experto, un hecho que el cambio climático puede hacer habitual en la península.

Fuente: DICYT
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