El principal problema al que se enfrentan los responsables de controlar la presencia de radioactividad en la chatarra son las importaciones de este tipo de material procedentes de otros países, según reflejan las conclusiones de la conferencia internacional sobre control y gestión de material radiactivo organizada esta semana por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) en Tarragona. La presidenta del CSN, Carmen Martínez Ten, ha clausurado hoy esta conferencia en la Universidad Rovira i Virgili.
Durante la conferencia “se ha visto que el principal problema viene de las importaciones de chatarra de otros países, y sobre todo para países pequeños con menores recursos”, ha señalado Martínez Ten durante la presentación de las conclusiones del encuentro internacional sobre la gestión de materiales radiactivos en la chatarra.
“De momento no hay ningún instrumento legal internacional que cubra los temas transfronterizos en relación al material radiactivo encontrado en la chatarra, y además los países tienen diferentes criterios de aceptación de presencia de radionucleidos en la chatarra”, ha subrayado la presidenta del CSN.
En algunos países, este tipo de chatarra se acepta por la industria local del acero, pero requiere de una gran confianza entre las partes implicadas. Tanto la industria nuclear como la del acero tienen muchos temas que poner en común y resolver, pero hay pocas ocasiones para conseguirlo. Una manera de solucionarlo sería crear un Foro que fomente la colaboración entre ambas partes, se ha expuesto durante la conferencia.
Los más de 200 expertos de unos 62 países y 5 organismos internacionales que han participado en el encuentro han sido unánimes al reconocer los beneficios que resultarían de establecer alguna forma de acuerdo internacional obligatorio entre los gobiernos para unificar el control de la chatarra radiactiva.
Los expertos también han coincidido en señalar que la presencia inadvertida de material radiactivo en la chatarra es un problema global, y que tanto la prevención como la detección requieren esfuerzos de todas las partes implicadas (industria del metal, del acero, los organismos reguladores y las organizaciones que gestionan los residuos radiactivos).
El ejemplo español
En este encuentro internacional, aunque se ha insistido en la globalidad del problema y la dificultad que supone trasladar las experiencias particulares al ámbito internacional, se ha destacado la validez de algunas experiencias nacionales aprendidas, como el caso español.
La presidenta del CSN ha puesto como ejemplo el Protocolo que se puso en marcha en España en 1999 tras la fundición, de forma accidental, de una fuente radiactiva en una acería. “Es un modelo inclusivo, que ha hecho de todos los sectores implicados parte de la solución”, se señala en un comunicado emitido por el Consejo.
Desde que comenzó a aplicarse el protocolo, hace 10 años, se han producido 1.100 detecciones, de las cual 189 eran fuentes radiactivas y el resto de ellas correspondían a la categoría de contaminación natural (NORM).
Martínez Ten ha insistido en las consecuencias de la aplicación del protocolo, como la detección de las fuentes que evitan su fundición y posible contaminación, la disminución de los residuos radiactivos, así como el retorno rápido a la actividad industrial gracias a la prevención precoz, reduciéndose así las posibles consecuencias económicas.
Otro de los temas tratados durante la conferencia ha sido el reciclaje del metal que proviene de la industria nuclear, que aumentará previsiblemente en los próximos años debido al desmantelamiento de las centrales nucleares.