La familia convencional ha cambiado en la última década. Según un nuevo estudio publicado en la revista española Atención Primaria y realizado por el Grupo de Trabajo del Adolescente de la Sociedad Andaluza de Medicina Familiar y Comunitaria, la percepción de los adolescentes sobre la correcta funcionalidad de las familias tiene poco que ver con la tradicional estructura nuclear.
La entrada en la adolescencia de los hijos provoca cambios en las normas y roles de las familias. “Antes la familia nuclear, la más frecuente en la sociedad occidental y compuesta sólo por el padre, la madre y los hijos, se postulaba como el tipo de familia más preparada para afrontar estos cambios y garantizaba una mejor crianza de los hijos”, explica a SINC Alejandro Pérez Milena, autor principal del estudio que publica Atención Primaria y médico de familia en el Centro de Salud El Valle de Jaén.
Los resultados del nuevo estudio muestran que la estructura familiar ha dejado de ser decisiva para una adecuada percepción de la función familiar por parte del adolescente. “Al principio del estudio, los adolescentes de familias nucleares tenían una mejor percepción de la función familiar, un hecho que ha cambiado igualándose con otras estructuras familiares”, afirma el experto.
Los adolescentes de mayor edad (16 a 18 años) han mejorado su percepción de funcionalidad familiar, independientemente de otras variables como la estructura familiar o el género, lo que, según los autores del estudio, puede estar relacionado con el progresivo retraso en la emancipación de éstos.
“Sin embargo, la realidad social indica que la estructura familiar ha cambiado en los últimos años, siendo cada vez más frecuentes las familias con estructuras diferentes”, apunta Pérez Milena. “La atención familiar durante la adolescencia debe centrarse en la promoción de una dinámica familiar positiva, independientemente de su estructura”.
Los investigadores, todos miembros del Grupo de Estudio del Adolescente de la Sociedad Andaluza de Medicina Familiar y Comunitaria, realizaron cuatro encuestas en diez años (1997-2007), a 1.356 estudiantes de dos institutos de Secundaria, uno rural y otro urbano, empleando el Test de Apgar familiar, que mide la satisfacción que tiene el/la adolescente sobre el funcionamiento de su familia.
Estudios anteriores atribuían a las familias no normativas (con un solo padre o madre, con miembros de la familia como abuelos o tíos, reconstituidas con hijos de otras parejas, etc.) un mayor riesgo en los adolescentes que viven en ellas para el consumo de drogas, conductas violentas, alteraciones de la salud mental o incluso actos delictivos.
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Referencia bibliográfica:
Alejandro Pérez Milena, María Luz Martínez Fernández, Inmaculada Mesa Gallardo, Rafael Pérez Milena, Francisco Javier Leal Helmling e Idoia Jiménez Pulido. "Cambios en la estructura y en la función familiar del adolescente en la última década (1997–2007)". Atención Primaria, septiembre de 2009.
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