Durante una década, científicos del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC) han estudiado la tolerancia al riesgo de 338 poblaciones de aves de 129 especies en ocho países europeos. Los resultados demuestran que la distribución de las poblaciones de aves varía en función de su tolerancia al riesgo para compensar el estrés ambiental. En el sur de Europa los pájaros se vuelven más vulnerables a otros riesgos como la depredación.
Las tendencias poblacionales de las aves son diferentes a lo largo de sus áreas de distribución. De forma general, las poblaciones muestran tendencias más positivas en el centro de su área que en los bordes, donde las condiciones ambientales empeoran respecto a las de los lugares óptimos para la especie.
En Europa, las condiciones son más estresantes hacia el sur que hacia al norte, debido a los efectos del cambio climático, y hacia el oeste que hacia el este, por el uso más intensificado de la tierra.
Pero ¿cómo compensan las aves el efecto del cambio climático? Investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC) han analizado la forma en la que los pájaros cambian las tendencias en función del nivel de confianza y del estrés ambiental al que se ven sometidos, y que varía según las zonas de su área de distribución.
Los resultados, publicados en la revista Behavioral Ecology, apuntan a que esta compensación, que puede ser un hábito o deberse a la selección natural, hace que las aves sean más vulnerables frente a riesgos como la depredación.
Medir la tolerancia al riesgo
Los investigadores estimaron la tolerancia al riesgo como la distancia a la que las aves huyen cuando se acerca un observador: cuando son confiadas esta distancia disminuye. Durante una década analizaron el comportamiento de 338 poblaciones de aves de 139 especies en ocho países europeos desde Finlandia a España.
Las poblaciones más tolerantes al riesgo, es decir, las que alzan el vuelo más tarde, gastan menos energía y están menos estresadas, pero son más vulnerables a los depredadores. Las poblaciones más desconfiadas corren menos riesgos, pero sufren mayores niveles de estrés y gasto energético.
"Allí donde el ambiente es favorable no debería compensar asumir riesgos, de hecho, las poblaciones menos confiadas mejoran. Cuando las condiciones ambientales empeoran se esperarían mejores tendencias para las poblaciones más confiadas, ya que ahorran energía y sufren menos estrés", declara Mario Díaz, investigador del MNCN y uno de los autores del trabajo.
Sin embargo, los resultados muestran que en ambientes desfavorables, las poblaciones menos confiadas son las que muestran cierta mejora de sus poblaciones. En general, las distancias de huida aumentan en el sur de Europa, donde las condiciones ambientales son peores en relación con un aumento de la abundancia de depredadores, es decir, las aves no son más confiadas, sino todo lo contrario.
"Los datos demuestran cómo las tendencias poblacionales y el comportamiento varían en toda Europa, dando lugar a patrones complejos provocados por el estrés ambiental", explica Díaz.
Los investigadores también analizaron cómo afectan a las tendencias poblacionales factores intrínsecos de las diferentes especies como el tamaño corporal, el carácter migratorio o sedentario, el tamaño relativo del cerebro o su asociación a hábitats cultivados.
Referencia bibliográfica:
Díaz, M., Cuervo, J.J., Flensted-Jensen, E., Grim, T., Ibáñez-Álamo, J.D., Jokimäki, J., Markó, G., Tryjanowski, P. y Møller, A.P. (2014) "Interactive effects of fearfulness and geographical location on bird population trends". Behavioral Ecology. DOI: 10.1093/beheco/aru211