Suscríbete al boletín semanal

Recibe cada semana los contenidos más relevantes de la actualidad científica.

Agencia Sinc

Las alteraciones del sueño son el mayor síntoma del comienzo de la menopausia

Dormir mal por la noche es el problema más común y grave de los referidos por las mujeres de mediana edad cuando sufren trastornos en el período y empiezan a acercarse a la menopausia, según un estudio publicado en el último número de la revista británica Journal of Clinical Nursing.

Foto: J. Cliss
Foto: J. Cliss.

Investigadores de la Escuela de Enfermería de la Universidad de Arizona, EE UU, entrevistaron a 110 mujeres que estaban empezando a experimentar los primeros síntomas de la menopausia, es decir, cuando los períodos son más o menos abundantes y se producen a intervalos de tiempo muy irregulares.

La edad media de las encuestadas era de 49 años y todas ellas habían tenido su último período menstrual durante los últimos tres años. Como término medio, manifestaban sufrir siete de los síntomas más comunes de la menopausia.

El 95% de las mujeres sufría alteraciones del sueño, el 92% mala memoria, el 91% sofocos, el 87% irritabilidad y el 85% sudores nocturnos. Otros síntomas referidos eran cambios de humor (75%), depresión (71%), sudores diurnos (66%), sequedad vaginal (55%) y hemorragia irregular (35%).

Asimismo se pidió a las mujeres que participaban en el estudio que clasificasen la gravedad de diez de los síntomas de la menopausia en una escala de cero a cuatro, donde cero era la ausencia de síntomas y cuatro era la mayor gravedad. La puntuación de gravedad promedio fue de 20,8 sobre 40 puntos posibles.

Los problemas de sueño constituían el síntoma más grave, con una puntuación promedio de 2,90 de cuatro, seguido de los sudores nocturnos (2,58), irritabilidad (2,56), mala memoria (2,42), sofocos (2,41) y cambios de humor (2,12). Las mujeres indicaron estar menos afectadas por los sudores diurnos (1,88), depresión (1,73), sequedad vaginal (1,45) y hemorragia irregular (0,82).

“Hablamos con las mujeres sobre la frecuencia con la que experimentaban los síntomas” afirmó la investigadora principal, la doctora Judith A Berg. “Así, las mujeres que referían problemas con los sudores diurnos y los sofocos experimentaron un promedio de seis al día y las mujeres con problemas de sudores nocturnos sufrían un promedio inferior a tres por la noche”.

“Un problema frecuente y angustiante”
Los investigadores observaron que la frecuencia de algunos síntomas cambiaba a medida que las mujeres se acercaban a la menopausia. Sin embargo, la alteración del sueño era una excepción notable, permaneciendo constante independientemente de cuándo una mujer había tenido su último periodo menstrual (UPM).

“Lo que nuestro estudio demuestra claramente es que las mujeres que entran en la menopausia consideran que la alteración del sueño es un problema frecuente y angustiante y que este problema era sistemáticamente referido por las mujeres de la muestra, independientemente de cuándo habían tenido su último período”, indicó Berg.

El estudio demostró además que, salvo la alteración del sueño, los síntomas más comunes referidos por las mujeres no eran necesariamente aquellos que decían ser más graves. “Por ejemplo, la mala memoria era el segundo síntoma más frecuente, pero cuando se trataba de la gravedad, sólo se clasificaba como el séptimo de los 10 síntomas estudiados”, señaló la doctora.

Los resultados de la investigación mostraron que las mujeres que habían tenido su UPM durante los dos últimos meses habían experimentado un promedio de 3,4 sofocos al día, cifra que era más del doble, 7,60, en las mujeres que habían tenido su UPM durante los últimos tres a 11 meses. Pasados los 12 meses, el nivel había descendido hasta 6,83.

El patrón era el mismo para los sudores diurnos, comenzando con 3,50 por el día y aumentando hasta 5,97 antes de disminuir hasta 5,17. Sin embargo, los sudores nocturnos aumentaron sistemáticamente durante este período, comenzando con 1,86 y aumentando después hasta 2,67 y 3,25.

“Esto contradice las investigaciones iniciales que pretendían asociar los trastornos del sueño con sudores nocturnos y con problemas como los sofocos”, recalcó Berg. “Aunque la gravedad de estos problemas cambiaba a medida que la mujer pasaba por la etapa inicial de la menopausia, la alteración del sueño de estas mujeres permanecía bastante constante”.

Ref. bibliográfica
Berg et al. “Menopausal symptom perception and severity: results from a screening questionnaire”. Journal of Clinical Nursing. 17, pp 940 to 948. (Abril 2008).

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons
Artículos relacionados