Un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores gallegos, galardonado con el Premio de Investigación 2014 de la Real Academia Galega de Ciencias, demuestra que las estrategias reparadoras basadas en terapia celular son una vía eficaz para la recuperación de las personas afectadas por un ictus.
Los investigadores José Castillo, Tomás Sobrino y Francisco Campos, todos ellos miembros del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago de Compostela (IDIS), con participación del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS) y la Universidad de Santiago de Compostela (USC), han sido galardonados con el Premio de Investigación 2014 de la Real Academia Galega de Ciencias.
El trabajo está basado en la eficacia de la terapia celular para la recuperación de las personas afectadas por un ictus. Por otra parte, el proyecto premiado en la categoría de investigadores jóvenes, dotado con 2.000 euros, ha sido para el físico de partículas de la USC Iago Bea Besada.
“Muchas enfermedades neurológicas aumentarán su prevalencia en los próximos años y sin duda dos de ellas serán responsables de un grave problema de salud, de magnitudes pandémicas y con enormes repercusiones socioeconómicas: el ictus y la demencia”, asegura Castillo, coordinador del equipo galardonado y director científico del IDIS.
Para los expertos urgen soluciones terapéuticas eficaces, ya que las existentes en la actualidad se limitan a restaurar el flujo sanguíneo en la zona dañada y solo se aplican a entre tres y cinco pacientes de cada cien. Las alternativas manejadas hasta ahora, principalmente fármacos neuroprotectores, han tenido éxito sobre animales pero fracasaron en humanos.
La solución propuesta por los expertos del IDIS consiste en estimular los mecanismos de reparación espontáneos que experimentan los pacientes que consiguen superar la enfermedad y acortar los períodos de recuperación funcional, que ahora superan los seis meses. Sus resultados apuntan a la eficacia del uso de células madre adultas circulantes en sangre periférica (la que circula por todo el cuerpo) para la recuperación neurológica y funcional en un período de 3 meses.
Según los responsables del equipo galardonado, el conocimiento de la regeneración del sistema nervioso y de su recuperación tras sufrir lesiones es “extraordinariamente positivo”. La estructura y la función del sistema nervioso es menos rígida de lo que se creía hace pocos años y tiene una elevada capacidad para remodelarse. Los adultos pueden originar nuevas neuronas, por lo que la estimulación de esta neurogénesis endógena es una vía muy prometedora para el tratamiento de secuelas de enfermedades cerebrovasculares como el ictus.
El objetivo principal de la terapia celular propuesta por los investigadores del IDIS es mimetizar los procesos de reparación que se producen de forma natural en el cerebro, restaurando la función cerebral a través del relevo de las células muertas durante el ictus mediante el trasplante de otras nuevas o la estimulación de las células progenitoras propias.
El trabajo realizado partió de la identificación de dianas celulares asociadas con la recuperación neurológica y funcional que se da de manera espontánea en pacientes de ictus. Este estudio se realizó en la Unidad de Ictus del CHUS, donde se controló la evolución clínica de los pacientes seleccionados durante un año. Una vez identificadas las células capaces de originar la recuperación, se trabajó con ellas en el laboratorio para hacer trasplantes in vitro y se realizó un seguimiento de su evolución mediante técnicas no invasivas. Finalmente, se testó el método en animales con buenos resultados.
Ictus en España
Las enfermedades cerebrovasculares son la primera causa de muerte en España. Cada seis minutos se produce un ictus, con una incidencia que va en aumento debido al aumento de la esperanza de vida, que en el año 2050 será de 86,9 años para los hombres y de 90,7 años para las mujeres.
El 80% de los ictus son los denominados isquémicos, conocidos como infartos cerebrales, que se producen cuando una arteria se obstruye por la presencia de un coágulo de sangre. A pesar de los graves efectos socioeconómicos derivados de esta enfermedad, las estrategias terapéuticas que se usan actualmente sólo se aplican a entre el 3 y el 5% de los pacientes y tienen una eficacia muy limitada.
En la actualidad, menos de la mitad de los afectados por un ictus son capaces de retomar una vida normal y su trabajo. El resto quedan en situación de dependencia, lo que tiene consecuencias en la familia por los cuidados y por el gasto medio anual de 22.000 euros que precisan. Por lo que respeta al sistema sanitario, en España supone entre el 2 y el 4% del gasto total, a lo que se suman los efectos asistenciales derivados de que el ictus esté detrás del 26% de la discapacidad por enfermedad.