La primera encuesta sobre la calidad de vida en pacientes con psoriasis realizada en España muestra que el 22% ve disminuida de forma grave su calidad de vida y el 85% sufre otros trastornos relacionados, como sobrepeso, artritis y ansiedad. El próximo 29 de octubre se celebra su Día Mundial.
La encuesta sobre el Impacto de la Psoriasis y sus Comorbilidades en la Calidad de Vida (IMPAS), hecha pública coincidiendo con el Día Mundial de la enfermedad, revela que en España la psoriasis afecta de forma grave o muy grave la calidad de vida del 22% de los pacientes que la padecen. Además, el estudio muestra que un 14% de ellos está sin tratamiento.
Pedro Herranz, jefe de Servicio de Dermatología del Hospital La Paz de Madrid y miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), asegura que "el diagnóstico precoz de la psoriasis es vital para aliviar la enorme carga que la enfermedad descontrolada supone a nivel médico y psicosocial".
En la encuesta han participado un total de 1.209 pacientes. Otra de sus principales conclusiones es el importante impacto de la psoriasis en el desarrollo de otras patologías: prácticamente el 85% de los participantes en la encuesta tiene alguna enfermedad asociada y la mayor parte aparecieron después del diagnóstico.
Por ejemplo, la artritis psoriásica aparece en un 55% de los casos y el sobrepeso en un 45% de los pacientes que ya han sido diagnosticados de psoriasis. Por otro lado, el 62% de los que presentan ansiedad y un 55% de los que sufren depresión, la tienen después de la aparición de la enfermedad.
Según Santiago Muñoz, jefe de Reumatología del Hospital Universitario Infanta Sofía, “en los pacientes con artritis psoriásica se ha demostrado que gracias a los tratamientos actuales se puede modificar el curso natural de la enfermedad. Es fundamental lograr un diagnóstico precoz”.
Más del 2% de la población afectada
La psoriasis es una enfermedad inflamatoria de la piel y, ocasionalmente, de las articulaciones, que suele aparecer entre los 15 y 35 años, aunque también afecta a niños y a personas mayores. Se trata de una enfermedad crónica no contagiosa, que tiene brotes y remisiones.
Se manifiesta habitualmente con lesiones cutáneas de tamaño variable, enrojecidas y recubiertas de escamas blanquecinas de grosor variable. Pese a que no es una enfermedad hereditaria, hay una predisposición genética a padecerla.
En España, la patología afecta a más de un millón de personas, con una prevalencia del 2,3% de la población. Comienza en el sistema inmune, principalmente en unas células de la sangre llamadas linfocitos T, que se activan indebidamente y desencadenan muchas respuestas celulares.
Normalmente, el proceso de recambio celular de la epidermis es de 30 días, pero en las personas afectadas dura aproximadamente 4 días, lo que genera la acumulación de células en la capa córnea, y se manifiesta en forma de placas de escamas blanquecinas y descamación exagerada. Su curso es muy variable, por lo que el tratamiento debe ser personalizado para cada paciente, en función del tipo de psoriasis que tenga.