Esta estación, ubicada en una parcela agrícola a 1000 metros de altitud, en el Pla de Riart (Lladurs, Lleida) forma parte de una red transfronteriza de infraestructuras dedicadas al estudio del cambio climático y de sus impactos sobre los agroecosistemas pirenaicos y sus habitantes
El Centre Tecnològic Forestal de Catalunya (CTFC) inauguró a finales de agosto la primera estación micrometeorológica en Cataluña del proyecto transpirenaico FLUXPYR (Interreg IV-A), cofinanciado por la Unión Europea - FEDER, la Generalitat de Catalunya (DMAH y DIUE) y el Conseil Régional Midi-Pyrénées, y con el apoyo de los ministerios franceses, CNRS, CNES, INSU, UPS, UTM.
Esta estación, ubicada en una parcela agrícola a 1000 m de altitud, en el Pla de Riart (Lladurs, Lleida) forma parte de una red transfronteriza de infraestructuras dedicadas al estudio del cambio climático y de sus impactos sobre los agroecosistemas pirenaicos y sus habitantes. Es la primera de las tres estaciones FLUXPYR que se instalaran en el lado español de los Pirineos, y viene completar la red de estaciones ya existentes en el sur de Francia. Los datos que provee se incorporaran en el futuro a los de la red internacional FLUXNET.
La estación mide de forma continua una multitud de variables ambientales, tales como la velocidad y dirección del viento, pluviometría, temperatura y humedad del aire y suelo, presión atmosférica, las radiaciones solares, etc. Su particularidad reside en el hecho de que mide además la concentración de dióxido de carbono (CO2) y vapor de agua del aire, lo que permite evaluar los flujos de carbono, agua y energía entre el ecosistema (suelo y vegetación) y la atmósfera, mediante una técnica llamada “Eddy Covariance”.
Los datos así recogidos proveen informaciones sobre la influencia del clima o de las actividades agrícolas sobre las reservas y flujos de carbono y agua, sobre los procesos que contribuyen a la emisión o a la captura de carbono por el suelo y la vegetación, o informaciones sobre el estado de las reservas de agua del suelo.
Esta información se utiliza en conjunto con los datos obtenidos durante estudios del suelo (contenido de carbono, nitrógeno) y de la vegetación (productividad, diversidad), muestreos atmosféricos (concentración y transporte de CO2) y observación remota (interpretación de imágenes aéreas o satelitales para seguir la dinámica de la vegetación o la humedad del suelo).
Los datos conseguidos a través del Proyecto FLUXPYR permiten la elaboración de modelos y mapas con mayor resolución espacial y temporal, sobre la emisión, captura o el transporte de gases, el reparto del carbono en los ecosistemas, la dinámica de la cobertura de nieve y riesgo de avalanchas, etc.
FLUXPYR, además de fomentar la investigación científica, el intercambio de conocimientos y la formación de expertos, tiene una gran relevancia socioeconómica, ya que ayuda a orientar las políticas de mitigación y adaptación al cambio climático, y la gestión sostenible de los recursos naturales.