Cataluña fue la primera comunidad autónoma en implementar en el año 2000 un programa piloto para la detección precoz del cáncer colorrectal. Un nuevo estudio publicado en la revista Gaceta Sanitaria revela la baja participación ciudadana durante sus ocho años de andadura. 64.492 personas de entre 50 y 69 años recibieron la invitación bienal para la prueba de detección de sangre oculta en heces. De ellos, únicamente el 14,4% participó en el programa en todas las ocasiones que fueron invitados.
Investigadores del Instituto de Investigaciones Biomédicas de Bellvitge (IDIBELL) se plantearon conocer los motivos por los que el 67,1% de las personas invitadas al programa piloto para la detección precoz del cáncer colorrectal rechaza participar o el 18,4% sólo responde de manera ocasional a las invitaciones de esta medida de prevención.
De entrada, el análisis publicado en la revista Gaceta Sanitaria ha permitido conocer que las mujeres, el grupo de edad de 60 a 69 años y las personas que residen en un vecindario con un mayor nivel de estudios tienden a participar en el programa de forma continuada.
En cambio, el desconocimiento sobre el cáncer colorrectal, sobre su frecuencia y su curación, juegan en contra de esta herramienta de prevención. Las personas que saben que es un tipo de cáncer bastante o muy frecuente –ocupa el primer puesto en España en ambos sexos, con una tasa de incidencia de 45,9 por 100.000 habitantes- tienen un 85% más de probabilidad de adherirse totalmente al cribado que las que consideran escasa su frecuencia. De la misma manera, aquellos que conocen sus posibilidades de curación aumentan un 42% las probabilidades de mantener la participación a lo largo del tiempo.
Las mujeres, más acostumbradas a actividades preventivas de cáncer, son las que más responden a la prueba de detección de sangre oculta en heces. Aquellas que se realizan citologías periódicas presentan una probabilidad 2,42 veces mayor de seguir las recomendaciones del programa, mientras que las que acuden puntualmente a su cita con la mamografía triplican esa probabilidad.
El entorno social también influye en la toma de decisiones. Las personas que consultan con el médico o la familia aumentan hasta seis y doce veces respectivamente la participación en el programa de cribado, datos que demuestran la enorme influencia que ejerce el facultativo y los seres más cercanos en la decisión. Los autores recomiendan, por tanto, una formación específica del personal de atención sanitaria para poder asesorar de forma adecuada a la población diana. También reclaman una mayor difusión en los medios de comunicación sobre el cáncer colorrectal y la importancia de la detección precoz.