El fenómeno de las llamadas redes sociales cambia las formas cotidianas de comunicarse y relacionarse, y pueden contribuir además al aumento de la participación ciudadana en los debates de índole sociopolítica, según apunta un informe publicado por el Instituto de Prospectiva Tecnológica (IPTS) del Centro Común de Investigación (JRC) titulado Repercusiones de la computación social en la sociedad de la información y la economía de la UE.
El informe indica que en 2008 el 41% de los usuarios de internet participaban en “actividades de computación social” a través de sitios de interacción social como los blogs, los juegos en línea para múltiples jugadores y los portales de intercambio de fotos y vídeos como YouTube o Flickr.
En la actualidad 1.700 millones de personas usan internet, lo que equivale al 24,7% de la población mundial, más de 160 millones de personas acceden cada mes a redes sociales como Facebook, Twitter o Myspace y existen más de 100 millones de blogs y cada día se crean 100.000 nuevos.
El informe hace hincapié en que las redes sociales de internet están cambiando la vida cotidiana de la gente a medida que ésta acude a sitios web de interacción social para participar en programas de formación extralaborales, ampliar sus conocimientos y habilidades, unirse a asociaciones y colectivos por Internet, o participar en recogidas de firmas virtuales y debates de temática política y social.
Por otro lado, este fenómeno potenciará la competividad de las empresas privadas, ya que éstas pueden valerse de las redes de internet para publicitarse a sí mismas, sus productos y su imagen corporativa.
La ciudadanía se implicará más en la vida pública
La creciente participación en redes informáticas de contenido social trae consigo la posibilidad de que la gente participe más en su entorno social, lo cual podría ser beneficioso para grupos propensos a padecer exclusión como los migrantes.
El documento asegura que, a diez años vista, la computación social tendrá repercusiones de gran calado en múltiples vertientes de la vida. Asimismo, una mayor participación de la ciudadanía en la vida pública social puede favorecer la transparencia de los procesos de la Administración y depositar más poder en la gente.
El texto también señala los riesgos que suscita esta interacción social en internet, entre ellos la nueva “brecha digital” que separa a quienes poseen los conocimientos y las habilidades para sacar partido a estos recursos y al resto. No se trata sólo de un acceso técnico, sino también de un uso social e inteligente de las tecnologías.
Por último, se alude a la aparición de nuevas amenazas hacia los derechos personales, como son la intimidad y la propia imagen, puesto que “muchas veces la ingente cantidad de información personal que se confía a estas redes sociales tienen un marcado carácter comercial.
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Referencia bibliográfica:
Ala-Mutka, K et al. `The Impact of Social Computing on the EU Information Society and Economy'. JRC Institute for Prospective Technological Studies (publicado el 19 de noviembre de 2009). DOI: 0.2791/29872.
Para más información:
Instituto de Prospectiva Tecnológica (IPTS) del JRC:
http://ipts.jrc.ec.europa.eu/
Para descargarse el informe:
http://ftp.jrc.es/EURdoc/JRC54203.pdf
La tragedia de la DANA en Valencia y en otros puntos de España ha estado acompañada por un aluvión de falsedades que circulan por las redes. La incertidumbre y el temor son un buen caldo de cultivo para que los propagadores de fake news viralicen y moneticen su contenido, a la vez que desestabilizan el sistema, opina Ramón Salaverría, experto en desinformación.
Un estudio ha analizado los mensajes difundidos sobre esta enfermedad en las redes sociales X y Weibo. Según sus resultados, aunque la desinformación y los engaños son generalizados, el contenido basado en evidencia científica genera más compromiso por parte de los usuarios.
