La exposición a la naturaleza durante el confinamiento fue beneficiosa para la salud mental

Han analizado los efectos del contacto con espacios verdes durante los primeros meses de la pandemia por covid-19 en España y Portugal. Las conclusiones de este trabajo indican que las personas que tuvieron esta opción presentaron niveles más bajos de estrés y alteración psicológica. 

La exposición a la naturaleza durante el confinamiento fue beneficiosa para la salud mental
Varios artículos previos también han demostrado el impacto positivo del contacto con los espacios naturales en la salud mental, es decir, en la reducción del estrés, la ansiedad y la mejora del bienestar psicológico en su conjunto. / Pixabay

Un estudio realizado por el Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universitat Autònoma de Barcelona (ICTA-UAB) y el Instituto de Saúde Pública de la Universidad de Oporto (ISPUP) concluye que la exposición a espacios naturales durante el primer confinamiento domiciliario por la pandemia de covid-19 en 2020 resultó beneficiosa para la salud mental de los ciudadanos españoles y portugueses.

La investigación pone de manifiesto que, en Portugal, las personas que durante el primer encierro mantuvieron o incrementaron el contacto con espacios naturales públicos, como parques y zonas costeras, o que pudieron contemplar estos espacios desde sus hogares, presentaron niveles más bajos de estrés, alteración psicológica –como problemas de sueño, de concentración o para tomar decisiones– y síntomas psicosomáticos –dolor de cabeza y abdominal, presión en el pecho o cansancio–.

En el caso de España, quienes mantuvieron o incrementaron el contacto con espacios naturales privados, tales como plantas de interior o zonas verdes comunitarias, presentaron menores niveles de estrés y síntomas psicosomáticos. Esto podría deberse a que en España se adoptaron medidas más restrictivas para la circulación exterior durante el período analizado.

La investigación, publicada en la revista Environment International, se desarrolló entre los meses de marzo y mayo del 2020.

Según explica Ana Isabel Ribeiro, investigadora del ISPUP y primera autora del trabajo junto a Margarita Triguero-Mas del ICTA-UAB, “decidimos estudiar si los espacios naturales, públicos y privados, tenían un efecto beneficioso sobre la salud mental de los ciudadanos portugueses y españoles, ayudándoles a afrontar mejor los efectos negativos del confinamiento”.

La encuesta abarcó aspectos relacionados con la frecuencia y el tipo de exposición de las personas a los espacios naturales (públicos y privados), antes y durante el primer confinamiento

Por su parte, Margarita Triguero-Mas explica que “las personas de nuestro entorno y nosotras mismas hablábamos de como echábamos de menos el parque que cruzábamos al ir a la oficina o el paseo por la playa con nuestros perros, así que quisimos comprobar hasta qué punto el contacto con los espacios naturales era un factor importante durante el confinamiento”.

Varios artículos previos también han demostrado el impacto positivo del contacto con los espacios naturales en la salud mental, es decir, en la reducción del estrés, la ansiedad y la mejora del bienestar psicológico en su conjunto.

“Teniendo en cuenta lo descrito en la literatura, quisimos evaluar si las personas que disfrutaron de una mayor exposición a los espacios naturales durante el primer confinamiento tenían mejores indicadores de salud mental que aquellas que no tuvieron contacto con las áreas naturales” explica Ribeiro.

Al mismo tiempo, quisieron investigar si la exposición a espacios naturales privados, como jardines interiores, huertos o plantas, era más beneficiosa entre los ciudadanos españoles que entre los portugueses, dado que España aplicó medidas de restricción de la circulación más estrictas que Portugal.

Para llevar a cabo la investigación, los autores aplicaron un cuestionario online, entre el 27 de marzo y el 6 de mayo de 2020, dirigido a todos los ciudadanos de 18 años o más, residentes en ambos países.

La encuesta abarcó aspectos relacionados con la frecuencia y el tipo de exposición de las personas a los espacios naturales (públicos y privados), antes y durante el primer confinamiento; preguntas sobre salud mental para evaluar los niveles de estrés, trastornos mentales y síntomas psicosomáticos, y cuestiones sociodemográficas. De los más de 3 mil ciudadanos que respondieron el cuestionario, 1.638 eran portugueses y 1.519 españoles.

Los portugueses estuvieron más en contacto con la naturaleza

En ambos países, durante el encierro, hubo una reducción significativa en el uso de espacios naturales públicos, como playas, parques y jardines, y un aumento en el contacto con espacios naturales privados, como jardines de edificios, huertos urbanos y plantas, especialmente en España. Las personas que vivían en casas unifamiliares y pisos ubicados en las ciudades fueron las que menos mantuvieron o aumentaron su contacto con los espacios naturales públicos en ambos países.

En España, donde las medidas durante el período analizado fueron mucho más restrictivas y se prohibió salir de casa y se cerraron espacios públicos al aire libre, los beneficios de la exposición a los espacios naturales públicos no fueron tan relevantes como en Portugal, pero se evidenció la importancia de los elementos naturales privados. Entre los ciudadanos españoles que participaron en el estudio, el 66% disminuyó la frecuencia de exposición a los espacios naturales públicos (frente al 54% en Portugal).

Así pues, en España, quienes tuvieron la oportunidad de continuar dedicando o aumentar el tiempo dedicado a cuidar de sus plantas presentaron niveles de estrés inferiores, mientras que quienes pudieron continuar disfrutando o aumentar el tiempo de uso de espacios verdes comunitarios presentaron menores índices de somatización.

Esto es importante para ciudades como Barcelona, donde los edificios de nueva construcción raramente tienen balcones o espacios comunitarios con vegetación

Margarita Triguero-Mas

En el caso de España, destaca que las persones que menos mantuvieron o aumentaron el cuidado de plantas de interior fueron las personas mayores de 65 años, aquellas que convivían con varias personas en el hogar o aquellas que estuvieron en una segunda residencia durante el confinamiento. En contraposición, las personas que más mantuvieron o aumentaron el cuidado de plantas de interior fueron aquellas con niños, pero sin adultos dependientes.

“Este estudio demuestra claramente el beneficio de los espacios naturales para la salud mental de la población en un contexto de crisis de salud pública”, dice Ribeiro. “Las autoridades públicas y los tomadores de decisiones deberían implementar medidas que faciliten el acceso a los espacios públicos de la naturaleza, de manera segura y controlada, en el contexto de una pandemia. Esto es particularmente importante para los grupos de población más vulnerables social y económicamente, y para quienes tienen poco acceso a estos espacios en su contexto privado”, enfatiza.

Además, Triguero-Mas añade que “nuestro estudio es especialmente importante para ciudades como Barcelona, donde los edificios de nueva construcción raramente tienen balcones o espacios comunitarios con vegetación. Es importante que se revalúe como las remodelaciones o nuevas viviendas pueden ser espacios más saludables, que promuevan y prevengan la salud de las personas que los habitan”.

Referencia:

Ribeiro, A.I., "Exposure to nature and mental health outcomes during COVID-19 lockdown. A comparison between Portugal and Spain". Environment International

 

Fuente:
UAB
Derechos: Creative Commons.
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