Las avutardas (Otis tarda) presentan un acusado dimorfismo sexual de tamaño: las hembras pesan tres veces menos que los machos. La dieta de hembras y machos también está condicionada por la segregación sexual característica de la especie, según un estudio del Museo Nacional de Ciencias Naturales.
Investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) han estudiado la dieta de las avutardas, Otis tarda, y analizado las diferencias entre hembras y machos de la especie. Los datos apuntan a que, además de por su diferencia de tamaño, la dieta difiere entre ambos sexos por la segregación sexual característica de la especie.
Entre las aves, la avutarda es la especie que mayor diferencia de tamaño presenta entre hembras y machos. Ellas pesan entre 3 y 4 kilos y ellos entre 10 y 15. Este acusado dimorfismo sexual conlleva unas limitaciones fisiológicas que determinan diferentes necesidades nutricionales que se ven reflejadas en una composición de dieta diferente entre ambos sexos. Machos y hembras son principalmente herbívoros y muestran una especial predilección por las leguminosas. Sin embargo, las hembras tienen una dieta más selectiva, seguramente debido a su menor tamaño, mientras que los machos satisfacen sus necesidades nutricionales con una mayor gama de alimentos.
Los investigadores examinaron la composición de la dieta mediante un análisis de las heces que les permitió determinar que el sexo es uno de los factores principales para explicar las diferencias en la composición y diversidad de la dieta a lo largo de un año.
Además de su dimorfismo sexual, las avutardas se caracterizan porque machos y hembras viven separados durante todo el año, excepto durante la época de cortejo, cuando los machos se pavonean haciendo las espectaculares ruedas.
Vivir separados durante todo el año
“Esta segregación es social, no espacial, ya que comparten el mismo espacio pero en bandos separados. Se sabe que durante el verano se separan debido al rol reproductivo de hembras y machos, pero se desconoce por qué lo hacen el resto del año, quizá sea por las diferencias en su tamaño, dieta, comportamiento o rol reproductivo”, contextualiza la investigadora del MNCN Carolina Bravo.
“Los datos recopilados demuestran que el solapamiento de la dieta entre sexos es menor en verano, cuando las hembras están cuidando de sus pollos, y los machos han abandonado las zonas de cría, lo que sugiere que los distintos roles reproductivos, así como el comportamiento de segregación sexual, también contribuyen a diferenciar la dieta de ambos sexos”, explica Bravo.
“Desconocemos en qué medida la dieta es una consecuencia o una causa de la segregación y el dimorfismo sexual, y actualmente se investigamos para confirmar nuestras hipótesis y establecer las relaciones causales de estas diferencias”, concluye Bravo.
Referencia bibliográfica:
Bravo, C., Ponce, C., Bautista L.M. y Alonso, C. (2016) "Dietary divergence in the most sexually size-dimorphic bird The Auk". DOI: 10.1642/AUK-15-206.1