La avutarda basa su atractivo sexual en sus atributos, no en sus territorios

Los machos de avutarda común no necesitan defender territorios con recursos para atraer a las hembras, como la mayoría de las aves, sino que las 'seducen' por su edad y su peso. Lo crucial para los machos es alcanzar la máxima visibilidad, según un estudio de investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales.

La avutarda basa su atractivo sexual en sus atributos, no en sus territorios
Pelea entre dos machos en un lek de avutardas Otis tarda. Imagen: Carlos Palacín.

Las estrategias de apareamiento en las aves son un aspecto fundamental en biología evolutiva. Aunque la monogamia es el sistema más común, presente en más del 90% de las especies, existen otros como la poliginia, en la que un macho se aparea con varias hembras. Este sistema es muy común en la avutarda común, Otis tarda, un ave esteparia de gran tamaño en la que los machos casi triplican el peso de las hembras.

Investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales han examinado cómo el macho de avutarda común elige los lugares de exhibición nupcial, y la importancia de ser más visible para las hembras, frente al riesgo de depredación. También han estudiado cómo influye el aspecto de los machos en el éxito de apareamiento de esta especie. Sus resultados se han publicado en la revista Behavioral Ecology.

Los leks son agrupaciones de machos que se exhiben en territorios comunales que las hembras visitan para seleccionar al más idóneo y copular con él. Cuando se trata de especies que utilizan leks de tipo disperso –en contraposición al lek clásico, más compacto– a veces resulta complicado comprobar si se trata de estrategias de lek o bien sistemas de defensa de recursos.

La edad y el peso de los machos de avutarda ejercen una mayor influencia en el éxito reproductivo que los recursos disponibles para las hembras

En el primer caso, a la hora de seleccionar el macho más atractivo, las hembras se fijarían en atributos que indiquen que la pareja elegida porta buenos genes; en el segundo caso, los recursos que hay en los territorios de los machos pueden influir en la elección de pareja.Exhibirse sin ser cazado

Para llevar a cabo su exhibición nupcial los grupos de machos han seleccionado a lo largo de los años enclaves en los que son más visibles para las hembras, cuidando al mismo tiempo de que desde dichos lugares les sea más fácil detectar a los depredadores. Por ello también prefieren alejarse de carreteras y núcleos urbanos.

“Nuestro trabajo sugiere que en las especies que viven en espacios abiertos, la selección del lugar donde ubican los leks constituye una respuesta combinada a las presiones selectivas de maximizar la atracción de las hembras y minimizar el riesgo de depredación” comenta Juan Carlos Alonso, el investigador del MNCN que ha liderado el estudio.

Por su parte, José Manuel Álvarez Martínez subraya cómo los Sistemas de Información Geográfica (SIG) y técnicas de supercomputación han sido herramientas imprescindibles para acometer este proyecto debido a la ingente cantidad de datos manejada, que comprende los 350 leks de avutardas existentes en España.

En los leks dispersos, donde los machos se encuentran menos agrupados que en los clásicos, es común que las exhibiciones sexuales de los machos tengan lugar en áreas con alimento y lugares de nidificación apropiados para las hembras. Esto genera la incertidumbre de si las hembras realmente están eligiendo a los machos por sus cualidades, o más bien por la calidad y cantidad de los recursos, aspecto clave para saber si se trata de un verdadero lek o de una poliginia basada en defensa territorial.

Selección sexual por los caracteres del macho

Los investigadores han encontrado que la edad y el peso de los machos de avutarda ejercen una mayor influencia en el éxito reproductivo que los recursos disponibles para las hembras, por lo que el mecanismo de selección sexual más importante se basa en los caracteres del macho.

Sin embargo, también han observado que en determinados machos se aprecia algún grado de defensa de los recursos frente a los intrusos, lo que sugiere que podrían estar operando ambas tácticas de apareamiento, la del lek disperso y la del sistema de defensa de los recursos.

“En especies que se aparean en leks dispersos, la variabilidad que se observa entre distintos machos en la utilización de la defensa de recursos dificulta asignar su comportamiento sexual a tácticas de apareamiento concretas. Pensamos que esto puede ocurrir en otras especies que utilizan este sistema reproductivo, lo que ha alimentado durante años un debate que nuestro estudio ha contribuido a resolver” concluye Alonso.

Referencias bibliográficas:

Alonso, J. C., Álvarez-Martínez, J., Palacín, C. 2012. Leks in ground-displaying birds: hotspots or safe places?. Behavioral Ecology, 23:491-501.

Alonso, J. C., Magaña, M., Álvarez-Martínez, J. 2012. Male display areas in exploded leks: the importance of food resources for male mating success. Behavioral Ecology. doi: 10.1093/beheco/ars121.

Fuente: MNCN
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