Durante los últimos dos siglos, el uso creciente de fertilizantes y detergentes ricos en fósforo ha provocado la proliferación de algas potencialmente tóxicas para el ser humano en los lagos de todo el mundo. Así lo demuestra el primer estudio a largo plazo y a gran escala de las algas azules o cianobacterias. Según el trabajo, los blooms de algas se ha acelerado desde 1945 y representan una amenaza seria para las fuentes de agua potable en todo el mundo.
Los organismos conocidos como algas azules han proliferado mucho más rápidamente que otros grupos de algas en lagos de Europa y América del Norte a lo largo de los dos últimos siglos. En muchos casos, la tasa de incremento se ha acelerado desde mediados del siglo XX, según un estudio internacional liderado por la Universidad McGill (Canadá), que ha contado con la participación de Teresa Buchaca del Centro, investigadora de Estudios Avanzados de Blanes del CSIC (CEAB-CSIC), y Jordi Catalán, investigador del CREAF (CSIC).
El estudio, que se publica en la revista Ecology Letters, es el primero en investigar los cambios históricos en los niveles de cianobacterias –bacterias fotosintéticas que forman la espuma verde-azulada en la superficie de algunos lagos y estanques durante los meses de verano– a escala continental. Las floraciones de cianobacterias suponen una amenaza para las fuentes de suministro de agua dulce porque algunas especies contienen toxinas perjudiciales para el sistema nervioso o el hígado.
"Hemos descubierto que las poblaciones de cianobacterias han aumentado fuertemente en 108 lagos del hemisferio norte desde la llegada de los fertilizantes industriales y con el crecimiento urbanístico acelerado", dice Zofia Taranu, del departamento de Biología de la Universidad McGill y líder el estudio.
Buchaca añade: "El crecimiento ha sido exponencial. De hecho, la evidencia científica nos dice que el fósforo y el nitrógeno que llevan los fertilizantes y los detergentes está desempeñando un papel más importante en este fenómeno que el propio calentamiento global".
Los investigadores comprobaron que las cuencas hidrológicas con actividad agrícola presentaban altas cargas de cianobacterias en las aguas dulces. Sin embargo, descubrieron que estos organismos nocivos también estaban proliferando en muchos lagos alpinos del centro de Europa. En estos lagos de alta montaña, las temperaturas cada vez más cálidas y la descarga de nutrientes de la atmósfera, con el polvo o las lluvias, han sido más protagonistas que la descarga de nutrientes proveniente de la agricultura.
No hay información sobre las algas
Hasta ahora no se había hecho un seguimiento a largo plazo y a gran escala de este fenómeno. Esta falta de información no dejaba ver si realmente las floraciones o blooms de algas iban al alza o si sólo habían mejorado las metodologías y equipos para detectarlo.
"Este trabajo nos muestra que tenemos que reducir la cantidad de nutrientes que descargamos en las aguas superficiales", comenta Irene Gregory-Eaves, profesora de biología asociada a la Universidad McGill y coautora del estudio.
Según la investigadora, la difusión de la carga de nutrientes es el principal problema, por eso es necesario crear colaboraciones para abordar este problema. De hecho, algunos científicos que estudian el agua dulce y agricultores de algunas cuencas ya están colaborando. Entre todos están buscando el equilibrio entre maximizar los rendimientos de los cultivos aplicando el mínimo de fertilizantes.
Las floraciones de algas, perjudiciales para la salud
"El incremento rápido de cianobacterias puede comportar un incremento paralelo de la concentración de cianotoxinas nocivas", destaca Taranu, que está realizando una estancia postdoctoral en la Universidad de Montreal.
Las cianobacterias pueden producir toxinas nocivas para el hígado o el sistema nervioso. Los síntomas más comunes de una exposición aguda a los blooms de algas nocivas son erupciones en la piel o irritación, gastroenteritis y dificultad respiratoria. Estar expuesto a dosis crónicas o bajas durante toda la vida también pueden dar lugar a tumores en el hígado o la disrupción endocrina.
Otros estudios preliminares también sugieren que algunas cianotoxinas aisladas pueden concentrarse a través de las cadenas alimentarias y pueden asociarse con enfermedades neurodegenerativas progresivas como el Alzheimer o el Parkinson. Aunque los resultados de estos estudios no están totalmente demostrados, Taranu remarca que subrayan la importancia de una mayor investigación en esta área.
Referencia bibliográfica:
Zofia E. Taranu, Irene Gregory-Eaves, et al. "Acceleration of cyanobacterial dominance in north Temperate subarctic lakes during the Anthropocene" Ecology Letters, published online Feb. 26, 2015. doi: 10.1111 / ele.12420