La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha celebrado una reunión con especialistas en ética médica para valorar si es adecuado usar el fármaco experimental ZMapp, nunca antes probado en humanos, contra la epidemia de ébola. Su respuesta es “sí”, siempre que se respeten criterios de transparencia, dignidad y consentimiento informado.
El tratamiento contra el ébola que están recibiendo dos pacientes en EE UU con el fármaco experimental ZMapp, y que ayer empezó a recibir el hoy fallecido Miguel Pajares, ha obligado a la OMS a plantearse dudas éticas. ¿Se pueden utilizar terapias cuya seguridad no está probada y con efectos adversos desconocidos? ¿Quién debe recibir el tratamiento con este ‘suero secreto’, del que se dispone de cantidades limitadas?
Por eso, ayer la OMS reunió a un panel de especialistas en ética médica para debatir el uso de estos medicamentos contra el brote de ébola en África occidental, que ya se ha cobrado más de mil vidas, según datos de la organización.
Por consenso, el grupo de expertos determinó que teniendo en cuenta las circunstancias de este brote, sí es ético utilizar fármacos experimentales para el tratamiento o la prevención del ébola, aunque su eficacia no esté probada y se desconozcan sus posibles efectos secundarios, siempre que se cumplan ciertas condiciones.
Según informa la OMS en un comunicado, este tipo de intervenciones deben guiarse por criterios éticos estrictos que incluyen la transparencia absoluta, el consentimiento informado, la libertad de elección, la confidencialidad, el respeto a la persona, la preservación de la dignidad y la participación de la comunidad.
Contra el ébola no hay medicamentos ni vacunas. Durante la última década, numerosos grupos de investigación han trabajado para desarrollar fármacos. Algunos de ellos han ofrecido resultados prometedores en el laboratorio, pero todavía no se ha evaluado en humanos su eficacia y seguridad, una condición que, en circunstancias normales, es imprescindible para administrar un medicamento a los pacientes.
Obligaciones morales
El grupo de expertos de la OMS ha concluido que, en este caso extraordinario, es lícito utilizar fármacos experimentales para tratar a los pacientes, y que, con vistas a evaluar la eficacia y seguridad de ZMapp, producido por la empresa Mapp Biopharmaceutical, “existe la obligación moral de recoger y compartir todos los datos generados, incluidos los del uso compasivo de un medicamento no aprobado fuera de un ensayo clínico”.
Los especialistas se han mostrado unánimes en que es necesario evaluar los resultados del nuevo fármaco con ensayos clínicos diseñados en las mejores condiciones posibles, a pesar de que las circunstancias no sean las idóneas.
El panel ha dejado sin resolver otras cuestiones que, según su opinión, necesitan de un análisis más profundo: ¿Cómo recopilar los datos de estos ensayos de manera ética y dar a la vez una atención óptima a los pacientes? ¿Qué criterios de prioridad se deben emplear para la distribución equitativa de estas terapias experimentales en los países afectados?