Suscríbete al boletín semanal

Recibe cada semana los contenidos más relevantes de la actualidad científica.

Agencia Sinc

Investigan el papel de los carnívoros en la formación de yacimientos paleontológicos

En la mayor parte de los casos, los carnívoros juegan un papel esencial en la formación de yacimientos arqueológicos y paleontológicos. Esto se observa en las marcas que dejan sobre los huesos acumulados, lo que a menudo supone la única pista disponible para determinar qué animales intervinieron en la formación de un yacimiento.

Un equipo científico del Centro Mixto UCM-ISCIII y la Universidad de Nevada analiza las marcas dejadas en los huesos por lobos actuales para compararlas con el registro fósil
Los lobos son agentes acumuladores de huesos habituales en los ecosistemas ibéricos. Foto: cedida a DiCYT por Nohemi Sala/UCM-ISCIII.

¿Por qué se acumulan grandes cantidades de restos óseos en un mismo yacimiento? ¿Cómo llegan estos restos óseos hasta allí? Un equipo de paleontólogos del Centro Mixto UCM-ISCIII de Investigación sobre Evolución y Comportamiento Humanos, miembros del Equipo de Investigación de Atapuerca, trabaja en yacimientos que tienen evidencias de actividad de carnívoros sobre los huesos.

Esta línea de investigación se centra en las marcas de dentelladas y los patrones de fracturación de huesos de cada tipo de carnívoro. Para ello, se estudian carnívoros actuales y se comparan los datos obtenidos con las evidencias fósiles.

Como explica a DiCYT la investigadora del Centro Mixto UCM-ISCIII Nohemi Sala, los animales que suelen dejar marcas en los huesos son las hienas, los lobos, los grandes felinos y los osos. “Para entender el papel desempeñado por los carnívoros en las acumulaciones de huesos es fundamental investigar el comportamiento de cada una de las especies, así como los patrones de modificación ósea para cada uno de ellos. De esta manera, podemos contrastar los datos de los carnívoros actuales con el registro fósil”, aclara.

En el caso de las hienas, por ejemplo, acumulan restos óseos en cuevas (donde hacen sus cubiles o madrigueras) para alimentar a sus cachorros y a otros individuos de su grupo. “Hay muchos yacimientos paleontológicos que se han formado de esta manera como por ejemplo los yacimientos de Pinilla del Valle (Madrid) o la Cueva de la Zarzamora (Segovia)”, detalla.

Otros carnívoros como los osos o los leones no tienen este comportamiento actualmente, pero pueden haber accedido a las presas antes de la acumulación en cuevas por otros carnívoros. “Por ejemplo, los leones se pueden alimentar de una presa que posteriormente es carroñeada y transportada por hienas”, asegura. Del mismo modo, otros yacimientos se interpretan como cubiles de hibernación, como es el caso de los osos, “donde pueden producirse casos de canibalismo”.

Estudio de dentelladas de lobo

Recientemente, Nohemi Sala, Juan Luis Arsuaga y el investigador de la Universidad de Nevada (EE UU) Gary Haynes han publicado un trabajo en esta línea en la revista Quaternary International. En él, se han centrado en las marcas dejadas en los huesos por lobos actuales, salvajes y en cautividad.

Según detalla Sala, “este trabajo ha consistido en estudiar los patrones de modificación ósea producida por lobos y contrastar cómo afecta el ambiente a la intensidad de modificación de los carnívoros en función de si están en estado salvaje o en cautividad”. Para ello, añade, han realizado experimentos con lobos en cautividad en el Centro de Naturaleza de Cañada Real (Peralejo, Madrid) y en libertad en el Carlos Avery Wildlife Managemen Area de Forest Lake (Minnesota, Estados Unidos).

Los investigadores han aportado restos de animales a los lobos, han observado su comportamiento de consumo y posteriormente han recogido los restos óseos. Tras su limpieza, han estudiado los tipos de marcas dejadas sobre los huesos.

“Hemos observado que los carnívoros en cautividad modifican más que los carnívoros en estado salvaje. En general, los lobos alteran y fracturan los huesos en gran medida, con la finalidad de acceder al tuétano. Además, las marcas de los lobos pueden distinguirse métricamente respecto a grandes carnívoros, como osos y leones. Estos datos son relevantes a la hora de diseñar experimentos actualistas en el futuro y para poder comparar con las marcas de carnívoros encontradas en huesos fósiles de yacimientos paleontológicos”, precisa Sala.

Estudiar la formación de yacimientos fósiles

Cuando se hallan restos óseos en un yacimiento, además de estudiar a qué animales pertenecen, se analizan las marcas presentes sobre la superficie del hueso. Como explica la experta, “estas marcas pueden ser producidas por humanos, carnívoros, por el arrastre del sedimento, raíces vegetales, etc. y es una información muy valiosa porque nos permite interpretar no solo cómo han llegado esos huesos hasta el yacimiento, sino además, qué le ha pasado a los huesos durante el enterramiento, si han sido transportados, cómo se han fracturado, etc.”. La disciplina que estudia estos aspectos se llama tafonomía.

En el caso de la actividad de los carnívoros, se analizan los tipos de marcas sobre los huesos, su localización, sus medidas y la intensidad de modificación ósea. Además se analiza la frecuencia de huesos fracturados y los patrones de fracturación. Para poder interpretar todos esos datos, hace falta un marco de referencia con el que comparar. En el caso de los investigadores del Centro Mixto UCM-ISCIII de Investigación sobre Evolución y Comportamiento Humanos, se compara con las improntas dejadas por carnívoros actuales.

Referencia bibliográfica

Sala, N., Arsuaga, J. L., y Haynes, G. (2013). "Taphonomic comparison of bone modifications caused by wild and captive wolves (Canis lupus)". Quaternary International. 1-10. http://dx.doi.org/10.1016/j.quaint.2013.08.017

Fuente: DiCYT
Derechos: Creative Commons
Artículos relacionados