Investigadores del Programa de Apoyo a las Capacidades Biomédicas de la Universidade de Vigo, Biocaps, colaboran con científicos de siete países para diseñar la vacuna del futuro contra la tuberculosis. La única vacuna existente en la actualidad emplea un tipo de Mycobacterium bovis que no es completamente efectivo contra la tuberculosis pulmonar.
Los expertos del Instituto de Investigación Biomédica Ourense-Pontevedra-Vigo (IBI) son los encargados de buscar biomarcadores que se correlacionen con respuestas inmunes protectoras frente a la tuberculosis, un paso fundamental para desarrollar una vacuna efectiva. La enfermedad ocasiona una muerte cada 24 segundos en el mundo y supone un problema de salud pública a escala mundial.
Esta dolencia afecta a casi nueve millones de personas cada año de las que, a pesar de los avances médicos, cerca de 1,5 millones acaban perdiendo la vida, lo que convierte a la tuberculosis en la segunda causa de muerte por enfermedad infecciosa en el mundo, después del virus VIH.
Los diagnósticos inadecuados y la habilidad del patógeno que la causa para adaptarse a los antibióticos, desarrollando así resistencia a los fármacos, justifican la urgencia de ocuparse del problema con carácter preventivo, es decir, mediante una vacuna realmente eficaz.
“La única vacuna existente en la actualidad emplea un tipo de Mycobacterium bovis que no es completamente efectivo contra la tuberculosis pulmonar y que solamente disminuye las formas severas en la infancia”, explica África González-Fernández, coordinadora de Biocaps.
El proyecto, que comienza este mes y se prolongará durante cuatro años, dispone de cerca de 8 millones de euros de financiación procedente del programa europeo Horizon 2020. Bajo la coordinación de la St George University of London, cuenta con la colaboración de otros grupos de Reino Unido, España (el de Biocaps, el Instituto de Investigaciones Marinas del CSIC en Vigo y otro catalán), Suecia, Italia, Mozambique y República Checa, a los que se suman una empresa alemana y otra inglesa.
Búsqueda de respuestas inmunitarias positivas
La tuberculosis tiene su origen en una bacteria denominada Mycobacterium tuberculosis, que se transmite por vía aérea, penetra por la mucosa respiratoria y produce generalmente una infección pulmonar, aunque puede afectar también a otros órganos, llegando incluso a provocar un fallo sistémico.
La nueva vacuna que se pretende diseñar mediante este proyecto basará su actividad en potenciar el sistema inmunitario de forma que impida el paso de los patógenos ya a nivel de la mucosa respiratoria, es decir, en la puerta de entrada.
Los biomarcadores son sustancias que funcionan como indicadores de un estado biológico, como un estado patogénico o una respuesta del sistema inmune. Son, por lo tanto, muy útiles para identificar enfermedades y la protección contra ellas, predecir el éxito de un tratamiento, etc. En la tuberculosis no existe actualmente ningún biomarcador validado disponible, un requisito indispensable para desarrollar vacunas realmente eficaces.
Esta fase esencial del proceso, que desembocará en el diseño de la nueva vacuna, le corresponde a los investigadores gallegos. La Unidad de Tuberculosis de Pontevedra, liderada por el investigador del programa Biocaps de la Universidade de Vigo Luis Anibarro, llevará a cabo la selección de pacientes para realizar estudios extensos de su sistema inmunitario que permitan identificar biomarcados relacionados con respuestas protectoras contra el patógeno. “Se harán estudios moleculares exhaustivos tanto en pacientes como en sus contactos, observando el comportamiento de sus células inmunitarias, explica González.
Desentrañar la infección
Esto también contribuirá a desvelar una de las mayores incógnitas de esta dolencia: por qué algunas personas se infectan y otras no, así como la razón para que solo un 10% de los infectados desarrollen la enfermedad finalmente. “El conocimiento de cómo está su sistema inmunitario y sus mecanismos de control puede ayudar a realizar una profilaxis más efectiva”, añade la coordinadora de Biocaps.
A partir de ahí, los científicos del IBI llevarán a cabo ensayos in vitro e in vivo. Mediante los primeros, podrán analizar en el laboratorio la respuesta de las células de los pacientes estudiados. El trabajo con modelos animales permitirá testar los prototipos de vacunas para comprobar si son protectivas o no.
En el grupo de Biocaps implicado en proyecto participa, además de África González-Fernández y Luis Anibarro, el investigador senior Luiz Stark. El equipo gallego se completa con Mónica Carrera, del Instituto de Investigaciones Marinas del CSIC en Vigo, que hará su trabajo empleando el equipo de espectrometría de masas de última generación Orbitrap Elite, adquirido recientemente por el IBI gracias al proyecto Biocaps.
El caso de Galicia
Galicia es la quinta comunidad de España en número de casos de tuberculosis y, solo después de Melilla, la que presenta la mayor tasa de enfermos (24,1 casos por 100.000 habitantes). Se trata por lo tanto de una enfermedad con alta incidencia, teniendo en cuenta el nivel de desarrollo económico y social de la comunidad.
La instauración en 1996 de un plan específico de prevención y control de la tuberculosis en Galicia redujo el número de nuevos casos de los 2.000 a menos de 700 en la actualidad. La disponibilidad de vacunas efectivas es la única vía para acabar de convertir esta dolencia en un problema de salud residual tanto en Galicia como en el resto del mundo.