Arqueólogos de España e Israel han demostrado que nuestros antepasados más remotos organizaban la producción de sus herramientas de manera estratégica. Los resultados se basan en el estudio de bifaces encontrados en yacimientos madrileños.
Un equipo del departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), y del Laboratorio de Prehistoria de Tel Hai College (Israel), han comparado dos de los yacimientos arqueológicos más importantes asociados a los primeros homínidos: GBY (Israel) y Charco Hondo 2 (Madrid).
Esta comparación les permitió entender que los primeros grupos de Homo estructuraron la producción de sus herramientas de manera estratégica; produciendo, acumulando y almacenando sus herramientas en los lugares donde les resultaban más ventajosas.
El trabajo, publicado en la revista Quaternary Science Reviews, se basa principalmente en el estudio de bifaces, herramientas talladas en piedra por las dos caras (como el famoso Excálibur encontrado en Atapuerca), propias del Paleolítico inferior y medio.
“Es la primera vez que somos capaces de entender que nuestros antepasados más remotos organizaron la fabricación de sus herramientas de manera industrializada, parecida, salvando las distancias, a como una empresa organiza hoy en día su producción”, apunta Javier Baena, Catedrático de Prehistoria de la UAM y primer firmante del trabajo.
Bifaces madrileños
La región de Madrid, sometida a una intensa actividad constructiva a lo largo de las últimas décadas, ha sacado a la luz yacimientos de enorme interés relacionados con la explotación del sílex, un tipo de roca ampliamente utilizado por los primeros grupos humanos para la elaboración de herramientas. Estos yacimientos han facilitado recientemente a los investigadores un mayor conocimiento de los primeros grupos cazadores-recolectores.
Concretamente, próximo al municipio de Vicálvaro, en el área de Los Ahijones, ha sido excavado en los últimos años el yacimiento de Charco Hondo 2. Este es un conjunto achelense de hace aproximadamente 300.000 años, en el que la explotación de rocas de sílex de grandes dimensiones proporcionó los soportes fundamentales para la elaboración de bifaces.
Pero a pesar del enorme volumen de materiales recuperados, este yacimiento destaca por la ausencia total de herramientas acabadas.
“Sin embargo, muchas de estas aparecen en otras zonas, posiblemente cerca de donde eran necesarias para, entre otras actividades, descuartizar elefantes y otros grandes mamíferos”, aclara Concepción Torres, doctoranda de la UAM y coautora del trabajo.
“Esta circunstancia nos ha permitido demostrar cómo la producción se produjo en contextos diferentes, dependiendo de las características y necesidades de cada lugar”, detalla la investigadora.
Por último, el artículo destaca el hecho de que esta organización de la manufactura de utensilios sea idéntica en contextos tan alejados como la Península Ibérica y Oriente Próximo, incluso desde fechas próximas al millón de años. Esto, concluyen los autores, demuestra que dicha conducta fue ya una seña de identidad en nuestros antepasados más remotos.
Referencia bibliográfica:
Baena Preysler J., Torres Navas C., Sharon S. "Life history of a large flake biface", Quaternary Science Reviews (190) 123-136, ISSN 0277-3791 (2018).
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