Los lingüistas Emilio Martínez Mata, de la Universidad de Oviedo, y Clark Colahan, del Whitman College, en EE UU, han editado el manuscrito de una desconocida recreación teatral de El Quijote en la Inglaterra del siglo XVIII, que ha sido publicado por la Universidad de Harvard.
El Harvard Library Bulletin publica en su último número la edición y la introducción de Emilio Martínez Mata (Universidad de Oviedo) y Clark Colahan (Whitman College) del manuscrito de una desconocida recreación teatral de El Quijote en la Inglaterra de la Ilustración.
El manuscrito, conservado en la Houghton Library de la Universidad de Harvard, contiene una obra teatral de James Wadham Whitchurch, titulada Don Quixote, A Comedy (1774-1776), nunca impresa ni representada, de la que no se tenía noticia.
La recreación de James Whitchurch sigue la línea del Cardenio, la perdida obra de William Shakespeare y John Fletcher, en dar un lugar central a la historia de Cardenio, Luscinda, Dorotea y don Fernando, una de las historias intercaladas en la novela cervantina. A diferencia de sus predecesores ingleses (Shakespeare-Fletcher, D'Urfey y Fielding), Whitchurch ofrece una versión bastante fiel al original cervantino otorgando a don Quijote y a Sancho un relieve y una caracterización muy próxima a la que tienen en la novela cervantina.
Martínez Mata explica que "si Cervantes utiliza las historias intercaladas en El Quijote para plantear problemas éticos (las consecuencias en los demás del comportamiento inicuo de algunos personajes), Whitchurch, aun manteniendo la fidelidad argumental, salvo las necesarias alteraciones para adaptar la historia al ámbito teatral, consigue reflejar el sentimentalismo ético característico de la Ilustración inglesa".
Carga ética
A la carga ética de las historias intercaladas cervantinas (determinados comportamientos pueden causar la infelicidad de los demás), James Whitchurch incorpora una concepción benevolente de la naturaleza humana basada en la idea de moralidad de Shaftesbury, que tendrá una enorme influencia en los pensadores británicos del XVIII, en especial, David Hume, Francis Hutcheson y Adam Smith.
"Por medio de Whitchurch", señala el profesor, "El Quijote se convierte en una ejemplificación de la idea que está en la base de la filosofía de Shaftesbury, enfrentada a la concepción pesimista de Hobbes y otros pensadores del Barroco: sentimos de forma natural un rechazo por la maldad y una satisfacción ante el bien, de manera que incluso la persona más perversa posee alguna capacidad de empatía. La preocupación por la condición de los otros, incluso la de los malvados —el prepotente noble don Fernando, en este caso—, se ve como algo natural, ya que la benevolencia es el más agradable de los afectos".
Con muy pocos cambios en los diálogos y en la actitud de los personajes, sin modificar lo más mínimo la trama de la novela cervantina, Whitchurch consigue que su versión de El Quijote resulte un manifiesto de los nuevos valores de la Inglaterra de la Ilustración, la benevolencia y la empatía, popularizados por el Adam Smith de La teoría de los sentimientos morales (1759).