Un equipo de investigadores de la Universidad de Barcelona ha descubierto en Tarragona una muestra de arte rupestre de hace 12.500 años en la que se representan dos figuras humanas y dos pájaros. Hasta ahora, solo se conocían dos escenas comparables en Europa. Este hallazgo sitúa este yacimiento español dentro de las corrientes de producción artística del Paleolítico Superior en el Mediterráneo.
Si en el arte paleolítico es poco habitual encontrar representaciones de escenas en lugar de figuras individuales, aún lo es menos que los protagonistas de dichas escenas sean aves en vez de mamíferos, como cabras, ciervos o caballos.
De hecho, en Europa los prehistoriadores solo habían localizado hasta el momento tres escenas de arte paleolítico compartidas por aves y seres humanos. Ahora, la revista L’Anthropologie describe cómo investigadores de la Universidad de Barcelona (UB) han encontrado en el yacimiento de L’Hort de la Boquera (Tarragona) una creación artística de hace 12.500 años en la que interactúan las dos especies.
“Se trata de una de las pocas escenas encontradas hasta ahora que empiezan a apuntar al nacimiento de un arte narrativo en Europa, y además la temática es única, ya que combina una posible cacería con una imagen de maternidad: una ave con su cría”, explica Inés Domingo, investigadora de la UB y la primera firmante del artículo.
La pieza encontrada es una piedra caliza de unos 30 centímetros de longitud en la que se pueden distinguir dos figuras humanas y dos pájaros, que los investigadores han identificado como grullas. Según el estudio, las figuras parecen protagonizar una narración sobre caza y sobre maternidad.
“En la escena representada las aves captan la atención de dos figuras humanas, que las imitan o las persiguen. Aunque desconocemos el significado de la escena para los habitantes prehistóricos, lo que sí nos dice la pieza es que las aves no solo fueron valoradas como presas de caza, sino que también tuvieron un valor simbólico para las sociedades paleolíticas europeas”, precisa Domingo.
Equipo de investigadores de la Universidad de Barcelona
Las figuras se grabaron en el bloque de piedra con un buril de sílex, formando una composición bien ordenada, en contraposición a otras obras del mismo período. Desde que se encontró en 2011, la pieza ha pasado por distintos procesos de limpieza, restauración y copia en 3D necesarios para poder estudiarla en profundidad.
Para los científicos, se trata de un hallazgo muy relevante dadas las pocas muestras de arte paleolítico en Cataluña, que sitúa este territorio dentro de las corrientes de producción artística del Paleolítico superior en el Mediterráneo.
“No hay duda de que nos encontramos ante un hito excepcional del arte rupestre paleolítico europeo por su rareza, su excelente conservación y las posibilidades de estudiarlo dentro de un contexto general de excavación que conocemos muy bien”, señalan en el trabajo los autores, todos ellos miembros del Seminario de Estudios e Investigaciones Prehistóricas (SERP) de la UB.
Las demás pinturas rupestres con seres humanos y pájaros que hasta ahora se habían localizado en Europa son las del yacimiento de Lascaux, un bastón perforado descubierto en el abrigo de Mège (Teyjat, Dordoña, Francia) y la plaqueta del gran cazador del yacimiento de Gönnersdorf (Alemania).
“El hallazgo de la escena grabada es excepcional y confirma la importancia del yacimiento y de la zona en temas de arte paleolítico en el noreste peninsular”, subraya la directora de la excavación, Pilar García-Argüelles.
“Muy cerca tenemos el único grabado paleolítico en cueva de Cataluña, el ciervo de la cueva de La Taverna (Margalef de Montsant), y a poco más de 40 kilómetros está el abrigo del Molí del Salt (Vimbodí), con un interesante conjunto de bloques de piedra con animales grabados y una representación de cabañas”, concluye.